Se conoce el proceso Calamar en su primera fase, con la solicitud de medidas de coerción presentada por el Ministerio Público.
Este proceso tendrá grandes repercusiones en la vida política y la vida institucional dominicana. También habrá consideraciones en el ámbito internacional.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, acaba de hacer referencia a los pasos anticorrupción del gobierno dominicano, presentándolos como un ejemplo a seguir por los países afectados por el flagelo.
La comunidad internacional ha dado y seguirá dando seguimiento, por una coincidencia: Los apresamientos de los imputados en este proceso se realizaron apenas unas horas antes del inicio de la XXVIII Cumbre Iberoamericana de presidentes y jefes de gobiernos, realizada en Santo Domingo, como sede. Obvio que los invitados, presidentes, reyes, ministros y altos funcionarios de las relaciones exteriores de los países presentes recibieron documentación, observaron los medios locales y buscaron información sobre lo ocurrido con el pasado gobierno.
El Ministerio Público de la República Dominicana merece un reconocimiento por el esfuerzo realizado para documentar la corrupción que se describió con más de 19 mil millones de pesos, y que fue organizada por una red de altos funcionarios dedicados a delinquir.
Entre los responsables de la investigación destacan la magistrada Yeni Berenice Reynoso, directora de Persecución de la Procuraduría General de la República. También toca el reconocimiento al magistrado Wilson Camacho, director de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA).
Estos dos funcionarios, con el apoyo de la señora procuradora general, Miriam German Brito, y de un equipo de fiscales e investigadores, han podido develar una trama organizada para ocultar la ilegalidad de acciones verdaderamente escandalosas.
Reynoso y Camacho son son funcionarios de carrera del Ministerio Público. Tienen una larga tradición de trabajo. Recientemente fueron reconocidos por Participación Ciudadana y Transparencia Internacional por su integridad, probidad y vocación de lucha contra la corrupción.
Todo el que conoce de la labor de Reynoso y Camacho sabe de su sacrificio, de su entrega, de que en la práctica viven en el edificio de la Procuraduría General de la República, y que no toman descanso.
Tanto es el esfuerzo que han hecho que hay quienes piensan que han comprometido su futuro, en un país en donde cualquier día soleado llueve, y donde actuar correctamente a veces resulta problemático. Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho son funcionarios de una conducta recta, de una vocación indeclinable, y realmente trabajan y seguirán trabajando para fortalecer la transparencia en la actuación gubernamental.
Con las investigaciones que han hecho, y presentado a los tribunales, el país puede sentirse satisfecho, porque con ellas Yeni y Wilson han sentado precedentes, que obligan a los funcionarios a pensar bien sus decisiones cuando de proceder ligeramente se trata, para el cohecho, el favoritismo, el clientelismo o el enriquecimiento ilícito.
Hay que esperar que de ahora en adelante ningún director de Bienes Nacionales, de la Contraloría General de la República, de Presupuesto, del Catastro Nacional, Crédito Público o ministro de Hacienda, pese al respaldo del ministro Administrativo de la Presidencia, podrá decidir ligeramente con los fondos que están bajo su control.
Y hay que esperar que un caso como Calamar sirva de termómetro para que los funcionarios de la presente administración tomen en cuenta la responsabilidad que tienen, y que la observación puede ser mucho más profunda que la que tradicionalmente han recibido los funcionarios que abandonan las posiciones por un cambio de gobierno.
Recomendamos a la Procuraduría General de la República reforzar la protección de los miembros de su personal, que como Yeni Berenice y Wilson Camacho, son las figuras visibles responsables del destape de un caso verdaderamente escalofriante.
Nuestro abrazo, admiración y respeto para Wilson Camacho y Yeni Berenice Reynoso, que han dado un ejemplo de rectitud y transparencia, y a la magistrada Miriam German Brito por apoyar las iniciativas y empujarlas, de estos dos calificados funcionarios.