Este martes 3 de enero se inician las actividades productivas y oficiales en todas las empresas e instituciones públicas, para el año 2023.
Son muchos los deseos, las intenciones y perspectivas que tenemos. Todos deseamos un año feliz, tranquilo, con prosperidad y salud para la nación.
Todos sabemos, sin embargo, que para lograr el crecimiento de la economía, aumentar las exportaciones, fortalecer el valor del peso, aumentar la generación de divisas, remesas, el número de turistas, entre otros elementos, hay que trabajar con coherencia, coordinación y con planes y programas que nos orienten y ayuden a conseguir esos objetivos y propósitos.
La economía dominicana tiene más de 60 años creciendo, pero el desarrollo humano que alcanzamos no es suficiente. El monto de las divisas alcanzadas es alto, el número de turistas es cada dia mayor, pero la redistribución del ingreso no es equitativo.
Los monopolios privados que existen en el país, la concentración de la riqueza, la evasión de impuestos, y las trabas que ciertos grupos logran imponer a las instituciones estatales resultan denigrantes, desequilibradas, injustas, ineficaces porque castran la capacidad de la sociedad para echar adelante, y porque los grupos con grandes negocios se niegan a permitir la competencia.
El Estado debe ser libre en sus políticas públicas. Las reglas tienen que prevalecer para todos. La capacidad de los inversionistas tiene que aumentar con el auspicio de la actuación pública con justicia y equidad.
La política no se realiza con los que financian campañas solamente. Las políticas con el resultado de un análisis equilibrado, equitativo, competitivo, que ponga todos los factores sobre la mesa. Eso nos ayudará a crecer y a empujar nuestro desarrollo. A eso aspiramos en 2023.
Es obvio que la columna vertebral de nuestra economía es el turismo. Es el sector que está obligado a actuar con la mayor transparencia y competitividad, con la mayor apertura para que cubramos todas las vertientes de esta columna de la economía dominicana.
El otro gran renglón es la inversión. Extranjera y local, la inversión es un motor que ayuda y empuja nuestra capacidad de producir más, de ser más competitivo y de ser más eficiente. A los que no admiten la competencia, y pagan para arropar a las instituciones estatales, hay que detenerlos. A los evasores de impuestos, negociantes, traficantes, retenedores de fondos públicos, también hay que perseguirlos, y no darles la oportunidad de que arropen la imparcialidad de las instituciones estatales.
Necesitamos un año 2023 de inversionistas, de generadores de empleos, de reconocimiento y adopción de políticas de apoyo a las remesas y a los remesadores, a los industriales que aceptan y promueven la competición y que se acogen a las decisiones de las leyes, no a los que las manipulan y las convierten en trapos de limpieza y servicio a su favor.
El país tiene que seguir avanzando, y este es un buen momento para apostar por las virtudes de una democracia transparente y sin artimañas.
Con Gabina Alcántara en el corazón
Se nos ha ido Gabina Alcántara. Gestora y promotora de la cultura, del libro, del debate y del desarrollo intelectual de la nación y de sus hijos, Gabina fue una mujer de un amor extraordinario y de una dedicación inigualable.
Para promover los estudios de los suyos, en particular de uno de los intelectuales de mayor peso editorial en la República Dominicana, Miguel D. Mena Alcántara, Gabina hizo todo cuanto debe hacer una madre interesada en que sus hijos salgan del espacio cerrado hacia un mundo abierto, progresista, democrático, cultural y sociológicamente universal.
Nuestras condolencias a Miguel D. Mena, a Claudio, a los amigos y amigas de Gabina, y a todos los que recibieron sus enseñanzas y demostraciones de cariño y amor. Gabina se va y nos deja una estela de registros culturales, sociales, sociológicos, antropológicos que realmente pocos conocieron.
Nuestra solidaridad en este momento de tristeza a sus deudos más directos, y a todos los que la apoyaron, la conocieron y la quisieron en sus ingeniosos y maravillosos empeños.