La dictadura de Venezuela ataca a la República Dominicana, al gobierno y al presidente Luis Abinader, con insultos y groserías típicas de la dirección política del país sudamericano. Nicolás Maduro, Presidente, Diosdado Cabello, Ministro del Interior y Justicia, y Delcy Rodríguez, vicepresidenta, son los principales que han disparado diatribas al gobierno dominicano.

Estando en visita oficial en el país, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, con palabras solidarias y de fortalecimiento de las relaciones entre su país y el Estado Dominicano, se dio a conocer un informe del Departamento de Trabajo norteamericano con fuertes críticas al gobierno dominicano por la permanencia de trabajo infantil y limitaciones en la vigencia de los derechos de población migrante, especialmente de Haití.

En buen dominicano, se diría que tenemos fuego por arriba y fuego por debajo, y que estamos como la arepa. Venezuela nos crítica por obedecer órdenes de los Estados Unidos y entregar un avión venezolano a los Estados Unidos, y Estados Unidos nos crítica por no atender las peticiones de mejoría de los derechos humanos de los menores de edad, migrantes, involucrados en el trabajo infantil.

Dice el informe de los Estados Unidos que el problema del trabajo infantil persiste, pese a los esfuerzos de las autoridades para hacer frente a las peores formas al respecto, como haber añadido 14 categorías adicionales de actividades peligrosas e insalubres prohibidas para menores de 18 años, incluido el servicio en el trabajo doméstico.

¿Qué es lo que podríamos estar haciendo mal en política exterior o en nuestras relaciones con los vecinos? 

Venezuela ahora reclama que se les paguen 350 millones de dólares que supuestamente se les adeudan, pero que no está obligada RD a pagar ese dinero, porque los plazos no se han cumplido, y porque las sanciones internacionales impiden pagos con ese país.

Estados Unidos nos crítica, pero es una potencia con la que tenemos amplias relaciones, recibimos millones de turistas, nuestro intercambio comercial es fluido y fructífero, y tenemos casi dos millones de personas migrantes, de varias generaciones, que envían remesas a la República Dominicana.

Los venezolanos que huyen de la dictadura han encontrado solidaridad y receptividad en muchos países, y en la República Dominicana. Esa receptividad debemos mantenerla. Algún día se liberarán de la tiranía y la opresión y retornarán a su patria.

¿Qué hacer frente a las acusaciones y críticas de Venezuela? Ignorarlas. No tenemos intercambio comercial con Venezuela, tampoco relaciones formales desde 2018, y la dictadura expulsó recientemente a los funcionarios dominicanos que atendían nuestra oficina de intereses en Caracas. No les compramos petróleo, no exportamos prácticamente nada, y lo que ha hecho la dictadura es interrumpir sus relaciones con varios países, produciendo un autoaislamiento que lamentarán los venezolanos de la calle, porque cada día será peor la restricción de alimentos, de circulación y de actuación en un país convertido en cárcel.

Hoy día República Dominicana, y muchos otros países, ven a Venezuela metida en una tragedia, con una dictadura, que ha empobrecido ese país, lo ha quebrado. Y sí, Diosdado Cabello dijo que ellos tienen petróleo y República Dominicana no lo tiene.

Es verdad, no tenemos petróleo, y eso es muy lamentable. Pero qué miserable es aquel que se pavonea de poseer una riqueza que no puede aprovechar, por su incapacidad, torpeza, imposibilidad de extraer el oro negro del subsuelo venezolano, pero ofrece discursos de gloria montado en las costillas de un pueblo que ha sido convertido en miserable.

Es cierto que no tenemos petróleo, pero como nación caribeña un compromiso con la democracia,  nos corresponde devolver la solidaridad histórica e inquebrantable con el pueblo venezolano, porque cuando tuvimos dictaduras y el país estuvo en riesgo, los demócratas venezolanos, y su pueblo, nos brindaron apoyo.