Este martes 16 de agosto se conmemoran dos fechas importantes: El 157 aniversario de la restauración de la República y el segundo aniversario del establecimiento del gobierno del Partido Revolucionario Moderno y del presidente Luis Abinader.
El primero fue una gran hazaña de los patriotas y campesinos dominicanos que, harapientos, hambrientos, frente a un ejercito poderosísimo, decidieron dar la batalla y conseguir la independencia dominicana frente al Reino de España, en el que habíamos caído por decisión del entonces presidente Pedro Santana, quien desconfiaba de la capacidad del pueblo dominicano para mantener la separación de Haití, y decidió ser gobernador de una de las posesiones españolas en las Antillas.
La guerra de independencia fue cruenta y tardó varios años en conseguir su éxito. El general Gregorio Luperón hizo brillar la más poderosa espada de nuestra independencia, junto con otros ciudadanos ilustres, como el general Gaspar Polanco, el abogado Francisco del Rosario Sánchez, Benito Monción, Fernando Valerio y Santiago Rodríguez, entre muchos otros, que también ofrendaron sus vidas por el resurgimiento de la República Dominicana.
Por ello no es de extrañar que el presidente de la República, Luis Abinader, al conmemorar los dos años de su gobierno decidiera acudir a la plaza de Santiago, escenario importante de las últimas batallas frente a las tropas españolas. Y desde allí dirigirse al país con un balance de su gestión gubernamental.
Pocas veces un gobierno había tenido que enfrentarse a tantas crisis, seguida una tras la otra, para salir airoso de los desajustes y desafíos a los que se ha enfrentado.
Luis Abinader recibió el gobierno el 16 de agosto del 2020 en medio de una extendida declaratoria de Estado de Emergencia del país, por la pandemia de COVID, con toque de queda incluido, diariamente. Con los establecimientos institucionales cerrados, y con los anuncios de casos de infección y de muerte realizados a diario por el ministro de Salud de entonces.
Hubo que actuar con valentía, con voluntad y decisión para perseguir las vacunas a principios del 2021. Tomar medidas para incentivar el turismo interno, poner sobre la marcha políticas públicos de beneficio a los más pobres y desamparados, y lograr que el país comenzara a dar pasos para el restablecimiento de “la normalidad”.
La tarea fue enorme. Nada de lo que había que hacer estaba en el programa de gobierno del PRM. La tarea implicaba tomar decisiones desafiantes y creativas, y que salieran bien, porque de lo contrario el país se hundiría en una crisis imprevisible y sería aprovechada por los opositores para acusar a los nuevos gobernantes de inexperiencia.
República Dominicana fue uno de los países que mejor manejó la pandemia y que mejor administró la crisis para proteger la economía, y en particular la economía popular. Los empleos perdidos se recuperaron rápidamente. Hubo un cambio de percepción sobre las posibilidades de la industria y el turismo dominicano, y en estos dos años se han abierto puertas y posibilidades que no estaban contempladas en las perspectivas nacionales. Y que bueno que así ha sido.
La economía se vio impactada por la guerra de Rusia y Ucrania, que ya lleva seis meses. Desde temprano el gobierno adoptó controversiales medidas para prevenir las consecuencias de aquella invasión, como la eliminación de los aranceles a determinados productos alimenticios que a futuro pudieran escasear.
La salud ha mejorado. El país fue de los primeros en comenzar a liberar a los ciudadanos de las restricciones de movimiento y de viajes. Otros virus han surgido y los protocolos han comenzado a funcionar, con una experiencia que ahora tenemos, a través de un gabinete de salud eficiente.
La institucionalidad democrática se ha mantenido. El gobierno ha respetado las leyes, ha abierto un diálogo para realizar 12 reformas fundamentales. Esas reformas siguen en discusión y los partidos políticos han realizado su trabajo opositor sin limitaciones. El Congreso Nacional realiza su labor con separación de poderes, y el poder judicial y el Ministerio Público están en su mejor momento, pues el presidente otorgó independencia a la Procuraduría General de la República para perseguir la corrupción obedeciendo sólo a los dictados de la ley y la Constitución de la República.
Al cumplirse estos dos años del gobierno del presidente Luis Abinader, corresponde que retome el cumplimiento de su programa de gobierno, y aquellos puntos que fueron y siguen siendo básicos para que la economía dominicana, y el Estado, sean más equitativos, democráticos, inclusivos y se cumpla la sentencia de la Constitución:
“La República Dominicana es un Estado Social y Democrático de Derecho, organizado en forma de República unitaria, fundado en el respeto de la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos”.