El presidente Luis Abinader reflexionó el jueves, en una actividad poco habitual en estos medios, sobre el poder y el liderazgo, y combinando sus reflexiones con las de Felipe González, ex presidente del gobierno español, y Carlos Slim Domit, presidente de America Móvil, ofreció ideas sobre su ejercicio de gobierno que bien pudieran servir de reflexión.

No se trata de las ideologías. Gobernar en los tiempos modernos incluye una responsabilidad para escuchar las opiniones ajenas, sin dejar de lado las adversas, y en particular el gobernante o el líder tiene la obligación de ser inclusivo, de intentar siempre buscar el consenso. Los nuevos tiempos obligan a esa búsqueda, y en particular las expresiones de las redes sociales son el bullicio colectivo, al que tampoco hay que desdeñar pero al que no hay que endiosar.

Abinader ofreció ejemplos. Habló de un alcalde de un municipio dominicano que tiene un amigo que cuando no lo complacen con las decisiones del gobierno local, sale a la calle, busca un zafacón, esparce la basura en la calle y anuncia que el síndico no cumple con su deber: Toma las fotografías y las utiliza en sus redes sociales como denuncia de irresponsabilidad.

El intercambio sirvió para que Felipe González dijera que respecto de los nuevos medios sociales, son muchas las denuncias falsas y maliciosas que se lanzan, a las que él, por ejemplo, decidió hace muchos años nunca responder.

Dijo que en el caso de la República Dominicana le han atribuido propiedades como la de Bahía Rincón o ser socios de tales o cuales empresas. Nunca ha respondido, porque lo considera inútil o innecesario, y al final él ha terminado siendo algo parecido a un monstruo. Quienes tienen categoría de liderazgo, deben reconocer sus límites y fortalezas y jamás detenerse con los incordios que les aparecen en el camino a su objetivo: trabajar por la solución de los temas que realmente retrasan el desarrollo y contribuyen con la mejoría de las condiciones de vida de la gente.

Luis Abinader reflexionó sobre la oposición que en ocasiones encuentra de parte de ciudadanos a iniciativas del gobierno. Gente con radicalidad rechaza las decisiones. Y cuando se les ofrece explicación, esos opositores se convierten en los más partidarios y sostenedores de las decisiones que antes rechazaban.

En el ejercicio gubernamental, dijo Luis Abinader, ha aprendido que lo más importante es la búsqueda del consenso, la posibilidad de alcanzar el apoyo a las soluciones de los problemas de la sociedad. Dejando a un lado las diferencias políticas. Siempre habrá diferencias, porque vivimos en democracia, pero debe estar presente la apertura, el diálogo, la explicación, para que el país pueda avanzar.

El panel fue organizado por la Fundación Felipe González y la Universidad Iberoamericana. Fue conducido por Rocío Martínez-Sampere, e introducido por Abraham Hazoury, presidente del Consejo Regente de UNIBE. La presentación del empresario Slim Domit fue rigurosa, con menos apego a los asuntos típicamente políticos, pero bien afianzada en la incorporación de los fenómenos tecnológicos y prácticos de empresarios que están globalizados y que conocen la naturaleza de los cambios con los que estamos comprometidos.

Los panelistas respondieron tres preguntas sobre liderazgo y realidad de América Latina, las alianzas público privadas y sobre los retos de América Latina. Las respuestas se pueden ver en este enlace.

Lo dicho por Felipe González sobre Haití, luego agradecido y ampliado por el presidente Luis Abinader, refleja mucha autenticidad y la naturaleza de los problemas que enfrenta la región del Caribe con un Estado fallido, sin unión de propósito de sus dirigentes, y con una descomposición que ya casi disuelve a la sociedad en su conjunto. González, con amplia experiencia en la construcción de la actual Europa, dijo que no es justo que la comunidad internacional deje sola a la nación dominicana enfrentando los múltiples problemas de Haití, que al final es un serio riesgo para la estabilidad y el progreso propio de la República Dominicana.

Un mensaje final del presidente Abinader es que los iberoamericanos deben trabajar su propio sistema de cooperación, y que al final, ante los grandes desafíos de la región, debemos confiar en los iberoamericanos y no en la solución que pudieran venir desde fuera, ya sea Estados Unidos, China, Europa, porque estarían muy lejos de ser soluciones o de ser ayudas reales.

Válido, hemos dicho, para una reflexión sobre nuestro devenir histórico, en un mundo tan convulso y tan lleno de incertidumbres y nuevos avances.