Fundado hace 26 años, el diario elPeriódico, de Guatemala, tuvo que cerrar este mes de mayo sus operaciones por la persecución desatada por el gobierno del presidente Alejandro Giammattei.
Esta semana, precisamente, el propietario y fundador de elPeriódico, José Ruben Zamora Marroquín, fue condenado a seis años de prisión por el falaz argumento de “lavado de activos” y supuesto chantaje para obtener publicidad para el diario.
Zamora Marroquín está en prisión desde hace varios meses, los periodistas y redactores debieron salir al exilio, el diario fue cerrado, la libertad de prensa colapsó, la democracia no existe en Guatemala, y la delincuencia está gobernando al país.
Zamora Marroquín era el periodista de más alto perfil en Guatemala, pero las acusaciones han sido dirigidas a cuestionar supuestas irregularidades financieras y fiscales en su empresa, y no el trabajo periodístico. Fue acusado previamente de chantaje y tráfico de influencia y se le impuso una multa (una verdadera persecución) de 40 mil dólares.
Los reporteros de elPeriódico investigaban la corrupción en su país, incluyendo las acusaciones contra el actual presidente Alejandro Giammattei y contra la fiscal general María Consuelo Porras. Esa es la razón por la que Zamora fue acusado y apresado, desde julio pasado, ahora condenado a seis años de prisión, y los periodistas perseguidos y exiliados, y la empresa cerrada.
En todo momento Zamora ha demostrado su inocencia, y las instituciones democráticas le han apoyado, pero se sigue cumpliendo la sentencia del periodista en el sentido de que Guatemala padece “una dictadura velada, multipartidista y tiránica”.
Hay otros cargos y otras acusaciones que se han inventado contra el propietario del diario ya desaparecido. La intención es lograr una sentencia de 40 años de prisión, y criminalizar el periodismo, supuestamente poniendo en evidencia que el periodismo que ha mostrado la corrupción en el país también es corrupto.
La condena de Zamora Marroquín ocurre apenas unos días antes de las elecciones presidenciales en Guatemala, el próximo domingo 25 de junio, en la que se han detectado irregularidades, mañoserías, manipulaciones, exclusiones de candidatos, y no se descarta hasta la posibilidad de una extensión del período presidencial del actual presidente.
Nicaragua ya tiene una dictadura, con una constitución que prohibía la reelección pero que su presidente hizo que jueces constitucionales establecieran que reelegirse era un derecho humano. En El Salvador también habrá elecciones, y el presidente Nayib Bukele logró que jueces constitucionales anularan la prohibición de la reelección. En Venezuela pasó algo parecido.
En Guatemala se busca una vía para garantizar la continuidad de forma inconstitucional. Y todo esto pasa por la eliminación de la libertad de prensa y de informar, que tienen los periodistas y los medios. A los casos de los periódicos Confidencial, de Nicaragua, que opera desde Costa Rica, y El Faro, de El Salvador, que opera desde Costa Rica, se añade el cierre de elPeriodico, de Guatemala, cerrado y condenado su prisión su propietario a seis años de cárcel, es una muestra de cómo se aplasta la democracia en Centroamérica.