En la denominada guerra contra las drogas, que muy pocos países libran con relativo éxito, la República Dominicana sí puede exhibir logros.

Como hemos planteado en otras ocasiones, ojalá que el problema de la producción, comercio y consumo de las ahora drogas prohibidas sea abordado de manera diferente, ante la evidencia del fracaso de la llamada guerra contra las drogas. De ese fiasco sabe muy bien Estados Unidos, el más grande consumidor de drogas, que cuenta con decenas de millones de adictos.

Pero mientras se cambian el enfoque y la estrategia frente a este problema internacional, la República Dominicana puede decir que en la actualidad hace su tarea.

Este lunes, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), que presidente el Vicealmirante José Manuel Cabrera Ulloa, presidente de la DNCD, informó que en 2022 se alcanzaron cifras sin precedentes en la confiscación de diferentes drogas destinadas al mercado internacional, sobre todo a los Estados Unidos, con 31 toneladas de diferentes sustancias prohibidas.

Para tener más claro de qué se trata esta cantidad es necesario recordar que una tonelada equivale a 2 mil 204.62 libras.

El Vicealmirante Cabrera Ulloa ha afirmado que ese logro se debe a las "nuevas estrategias" del fortalecimiento de la lucha contra el tráfico de drogas, y que "estas cifras marcan un antes y un después en el combate y persecución a la criminalidad".

En el año que termina las autoridades lideradas por la DNCD detectaron y confiscaron 27.732 kilogramos de cocaína, 3.346 de marihuana, 11,09 de éxtasis, 8,8 de hachís, 22,75 de crack y 1,21 de opio, entre otras drogas.

Se desplegó una ardua labor en aeropuertos, puertos, en las diversas zonas de la frontera terrestre, en las costas y otros puntos del país.

Justo es reconocer a todas las mujeres y a los hombres que, de manera íntegra, se empeñan en poner freno a las organizaciones criminales internacionales que, con la colaboración de socios locales, utilizan el territorio dominicano para transportar drogas hacia Estados Unidos y Europa, los dos grandes mercados del consumo de estas dañinas sustancias.

Ojalá que el costoso esfuerzo de la República Dominicana sea reconocido. Porque en muchas ocasiones nuestro país no ha recibido el merecido reconocimiento de parte de los países que lidian con el serio problema de contar entre sus ciudadanos a decenas de millones de consumidores de drogas en condición de dependencia.