Sin gran formalidad, como se acostumbra en estos casos, Luis Abinader anunció que en su propuesta presidencial para el próximo período, será acompañado por la actual vicepresidenta de la República, Raquel Peña.
Es el primero de los candidatos presidenciales que identifica su compañera de boleta. Ya tendrán la oportunidad los candidatos opositores de identificar a sus compañeras o compañeros de fórmula, porque siempre en esta posición la selección corresponde directamente al candidato presidencial.
Claro, que la compañía en la posición de candidatura vicepresidencial, suele ser un elemento que potencie o fortalezca la candidatura presidencial. Ya sea por el tema de género, regional, calidad, capacidad, solvencia, sector profesional o sector social al que pertenezca el candidato presidencial y la candidata o candidato vicepresidencial.
Hay quienes sostienen que la vicepresidencia de la República sirve para poco, porque se encarga de los mandatos que le hace el presidente de la República, y lo sustituye en su ausencia. Así ha sido casi siempre. Lo fue con Balaguer, quien designaba al vicepresidente en posiciones ministeriales o lo enviaba al exterior. Lo fue con Salvador Jorge Blanco, porque su compañero de fórmula prácticamente no cumplió funciones por razones de salud y posterior fallecimiento, o lo fue para Hipólito Mejía, quien designó a Milagros Ortiz Bosch como ministra de Educación.
Leonel Fernández y Danilo Medina hicieron un uso estrictamente político de la función, en relación con las corrientes internas en su Partido de la Liberación Dominicana. Jaime David Fernández Mirabal, Rafael Alburquerque y Margarita Cedeño cumplieron papeles de equilibrio en el balance unitario del PLD, que finalmente se quebró con la elección de Gonzalo Castillo como candidato presidencial para las elecciones del 2020.
En el caso de Raquel Peña la historia es diferente. Una académica y profesional conocida en Santiago, y no en otros lugares del país. Ocupaba una posición como vicerrectora de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, con poco tiempo de haber enviudado, y con mínimas relaciones políticas. Eran mayores sus vínculos con el mundo eclesial católico que con el ambiente político, pese a la cercanía de su difunto padre con el ex presidente Hipólito Mejía.
En la gestión de gobierno de Luis Abinader Raquel Peña ha demostrado que se puede ejercer con eficacia, prudencial lealtad y corrección política la función de acompañar a un político de pie a cabeza como ha demostrado ser el presidente Luis Abinader.
No resulta una gran sorpresa lo dicho por Luis Abinader. Está claro que él como presidente se ha sentido bien acompañado, cómodo en las tareas asignada a Raquel Peña, quien ha demostrado ser ejecutiva, eficiente y con una gran capacidad para entender los entresijos del poder.
«Nuestra querida vicepresidenta y ya proclamada candidata Raquel Peña», dijo Luis Abinader, al momento de aceptar la proclamación suya como candidato presidencial del Partido Reformista Social Cristiano.
Todo el que conoce y trata con Raquel Peña queda satisfecho y a gusto con su trato. Quienes trabajan con ella se sorprenden de su capacidad organizativa, de su control de todos los elementos de los temas asignados, y su gran destreza en las negociaciones.
Raquel Peña encabezó el Gabinete de Salud, que manejó el tema del Covid, y todo el proceso de vacunación. Es la cabeza del Consejo de Inversión Extranjera. Se ocupa de los asuntos de la Educación Superior. Fue la ministra de Medio Ambiente cuando se produjo la tragedia del crimen contra Orlando Jorge Mera, y ha participado en foros internacionales en los que ha mostrado gran habilidad para representar el país y asumir compromisos como subjefa de Gobierno.
El publicista Mario Dávalos ha escrito sobre ella un comentario que viene muy bien a su valoración: “La elección de Raquel Pena para 2024 es ideal. Es trabajadora, inteligente, sabe escuchar y a diferencia de muchos en gobierno, no es adicta a las audiencias y gestiona desde la discreción. Un ejemplo de que la credibilidad se logra sin excesos escénicos”.
La ratificación de Raquel Peña a la reelección en la vicepresidencia de la República representa un serio desafío para los aspirantes opositores, que tendrán que escoger aspirantes a la misma posición que estén en el rango en que se ha posicionado esta distinguida dama.