Quisqueya Henriquez, como artista exquisita y profunda, y como ser humano, sobrevivirá a su deceso la Semana Santa 2024, a través de su obra artística, de gran contenido y con mensajes de perennidad.

Precisamente este miércoles 3 de abril, a partir de las 10 de la mañana y hasta las 6 de la tarde, será la exposición del cuerpo de la artista, ida a destiempo, a sus 58 años. Su familia, incluyendo a su esposo, el senador de Samaná, Pedro Catrain, y sus hijos, sus hermanos Alma, Alberto e Iván Henriquez Cruz, estarán recibiendo las condolencias correspondientes de amigos y allegados.

Quisqueya nació en Cuba, por razones entendibles: Era hijo de Francisco Alberto Henríquez, conocido como Chito Henríquez, abogado, historiador, antitrujillista, quien formó parte del movimiento expedicionario de Cayo Confites. Una gran parte de su vida vivió en el exilio, y sus hijos e hijas nacieron en países que dieron acogida a los exiliados dominicanos.

Fallecido en 2007, Chito Henríquez fue director de la Escuela de Historia y Antropología de la UASD. Fundó, organizó y dirigió el Museo Nacional de Historia y Geografía, y fue miembro de la Academia Dominicana de la Historia, y vicepresidente de su junta directiva.

Alberto Cruz, uno de los padrinos del arte pictórico en la República Dominicana, dejó plasmado el significado de la muerte de Quisqueya Henríquez:

Hoy con gran pesar digo adiós a mi muy querida amiga Quisqueya. Su partida nos deja un vacío inmenso, pero su legado como artista perdurará para siempre. Con sus obras de arte ha tocado muchas vidas y seguirá inspirando a generaciones venideras. Que su creatividad, pasión y talento continúen viviendo. Que descanse en paz. Con amor y tristeza.

El Centro León, una entidad de extraordinaria incidencia en el arte y la cultura, ha dicho sobre Quisqueya Henríquez:

Una artista que definió de muchas maneras el ser de un Caribe complejo y múltiple, Quisqueya Henríquez nace en La Habana, crece en Santo Domingo, se educa en La Habana y desarrolla su obra en Santo Domingo. Su cuerpo de trabajo es de suma importancia en el panorama de las artes del Caribe.

Su obra ofrece luces en relación con las identidades insulares y archipelágicas, el aislamiento y las cajas de resonancia, los estereotipos y los tipos, los sujetos migrantes y arraigados.

Una colaboradora constante del Centro León, multiplicadora en talleres y participante de encuentros y eventos. Quisqueya alude a la insularidad desde lenguajes diversos y nos deja, en el conjunto de su obra, un legado importante de reflexiones alrededor del tema, entre los que destaca su pieza Helado de agua de mar Caribe (2002), Premio del XIX Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, clave en estas reflexiones. Paz y luz para su alma.

Ofrecemos, desde esta humilde nota, las correspondientes condolencias a su esposo, Pedro Catrain, a su familia, y nos comprometemos a honrar su legado, perpetuar tanto como sea posible su valiosa obra, como testimonio de la continuidad heroica y artística de su familia.