El caso de corrupción bautizado por las autoridades de la Procuraduría General como "operación Calamar" involucra a tres exministros del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en las administraciones del presidente Danilo Medina, y a decenas de otros imputados.
No hay dudas, es un caso grueso, en el que está envuelta una suma cercana a los 20 mil millones de pesos, y altos funcionarios públicos del pasado gobierno.
Pero este no es el primer caso de corrupción en el que se acusa a funcionarios y dirigentes peledeísta. Recordemos los casos Medusa y Antipulpo, entre otros, en los cuales también el Ministerio Público intenta recuperar para el erario miles de millones de pesos, y hay sometidos funcionarios tan importantes como un exprocurador.
Lo que llama la atención es que el PLD, contrario a su anterior posición, de limitarse a precisar que las responsabilidades son individuales, y no del partido, y que lo importante es que se respete el debido proceso, ahora manda a sus miembros y activistas a las calles, a protestar y denuncia persecución política.
Varias hipótesis se pueden ensayar:
1-En este caso (Calamar) sí habría evidencia de que el más alto liderazgo del PLD tuvo una participación directa en los supuestos ilícitos.
2-Se teme que algún imputado revele asuntos muy comprometedores a cambio de un trato relativamene benigno de parte de las autoridades, y algún mensaje habría sido recibido en el liderazgo del PLD sobre esta posibilidad.
3-La situación del PLD rumbo a las elecciones de 2024 sería difícil, que la única manera de insuflar ánimos a una militancia desalentada es jugar al opositor duro, que se la juega en las calles, que desafía al poder.
¿O habrá algún motivo que solo el expresidente Danilo Medina y sus más cercanos conocen?
El tiempo dirá.