El juicio político contra los miembros de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana no será posible.
La comisión de diputados que rindió un informe, y que resumió con palabras muy precisas el presidente de ese órgano, Alfredo Pacheco, dejó claro que las irregularidades que tienen los miembros de la Cámara de Cuentas afectan el desarrollo normal de las actividades, pero son compromisos y actitudes individuales, que se conocieron también individualmente.
Los partidos opositores PLD y FP se niegan al juicio político. Los legisladores del PRM carecen del número de votos para llevarlo a cabo por sí solos. Si se entregara la decisión poniendo en tela de juicio al conjunto de la Cámara de Cuentas, el país se quedaría sin ese organismo y nadie sabe hasta cuándo sería ese vacío.
Además, aquí habría que esperar una correcta actuación de los diputados, para que iniciando un proceso electoral el país no tenga que cargar con la elección de nuevos miembros de la Cámara de Cuentas.
Corresponde, entonces, que sin concluir ningún juicio y sin hacer recomendaciones, la Cámara baja entregue al Senado un informe que le permita al presidente del organismo, Eduardo Estrella, actuar con prudencia, y preservar la institucionalidad y la legalidad.
Esta Cámara de Cuentas fue juramentada el 15 de abril de 2021, y permanecerán hasta el 2025, pero de acuerdo con el artículo 13 de la ley 1-04 que regula ese organismo, el bufete directivo puede cambiar en sus designaciones a partir de los dos años, que acaban de cumplirse. Es al Senado al que corresponde esa responsabilidad:
Artículo 13.- Bufete directivo. Al designar los miembros de la Cámara de Cuentas, el Senado de la República conformará un bufete directivo, integrado por un presidente, un vicepresidente y un secretario, quienes durarán en sus funciones por el período de dos años.
Es posible que el Senado de la República actúe en función del bufete directivo, y que se reorganice el organismo, en atención a que los mismos reflexionen, por su propio bien y el bien de la institucionalidad y la democracia, y no corran el riesgo de tachar de muy mala forma su historial profesional, que ya de por sí ha sido afectado por diferencias personales, tropezones y ambiciones desmedidas de más poder.