El domingo 16 de octubre el Partido de la Liberación Dominicana tendrá su consulta interna, para preseleccionar un candidato presidencial que ofrecerá en las elecciones de mayo del 2024.
El PLD es una de las fuerzas políticas de la democracia dominicana. Su organización ha dirigido el país en cinco períodos, casi consecutivos, y sus realizaciones han tenido un impacto poderoso en la economía, la infraestructura y en la cultura política dominicana.
Recientemente fraccionado, por la salida de su presidente y líder, Leonel Fernández, el PLD ha mostrado músculos y se ha resistido a la succión que el nuevo partido, Fuerza del Pueblo, le ha puesto encima para captar una mayor cantidad de adeptos.
El PLD conoce y está consciente que su proceso abierto, utilizando el padrón de la Junta Central Electoral, es una manera de conectar más con el electorado que no tiene filiación partidaria, y por eso sus precandidatos se han dirigido básicamente a los ciudadanos sin partido. Eso beneficia al PLD y a su liderazgo. Está claro, sin embargo, que serán los peledeístas los más interesados en escoger al dirigente de su preferencia en esta contienda.
El PLD está seleccionando la persona que será ratificada por una convención o asamblea interna, y que será presentada como candidato o candidata presidencial en las elecciones del 2024. De acuerdo con su líder, Danilo Medina, se trata del partido con mas posibilidades para ganar las elecciones presidenciales próximas, y que ofrecerá la propuesta mas renovada y atractiva.
Como fuerza política el PLD tiene derecho a hacer su selección ahora, aunque la JCE haya dicho que esa elección está fuera de la ley y que no es necesariamente vinculante. La ley de partidos y organizaciones políticas establece muy claramente el calendario para realizar los procesos de elección de los candidatos.
En democracia, de todos modos, el PLD puede adelantarse y salvar las diferencias que pudieran presentarse anticipadamente.
El deseo de la sociedad, de los demás partidos políticos, incluyendo sus adversarios, debe ser que los peledeistas resuelvan su elección sin contratiempos, en la mayor calma y con la mas clara voluntad de reivindicarse. Aún tienen pendiente una tranquila revisión de sus decisiones institucionales, como organización política, y de su liderazgo al frente de la cosa pública.