A propósito de la Ley del Agua, cuyo anteproyecto estaría siendo sometido al Congreso por el Presidente Luis Abinader en los próximos días, sería útil al debate tocar algunos aspectos a tomar en cuenta para su estructuración y posterior aplicación, y que su puesta en práctica sea de beneficio para los usuarios, no sólo para los empresarios y el Estado.

Cuando se reglamenta un servicio público, que prácticamente ha sido gratuito, los usuarios finales observan con escepticismo la conveniencia de la puesta en vigencia de esta iniciativa, entendiendo que esto no es para mejorar el servicio, sino para cobrar.

Sería muy interesante que todos podamos apoyar esta iniciativa del Poder Ejecutivo, claro está, fundamentando las acciones en la concertación con los usuarios, asociaciones y agrupaciones de producción industrial y agrícola de todo el país.

Lo correcto sería sentarnos a socializar el tema entre los principales sectores sobre los puntos contenidos el anteproyecto de ley. Lo adecuado sería crear un comité que debata el alcance de la propuesta y de su ejecución.

Con más de tres décadas esperando para reglamentar el sector del agua, todo parece indicar que este es el mejor momento para presentar el anteproyecto al Congreso Nacional, y el presidente Abinader está dispuesto a correr con los riesgos políticos que esto implica.

Países como Francia y Alemania tienen en promedio unos 60 años de haber establecido las reglas para el manejo de las aguas.  A nosotros nos queda mucho por discutir, mucho por recorrer para establecer reglas claras a todos los sectores en la gestión de las aguas.

Por ejemplo, en Francia la ley comprende tres grandes campos: La política francesa del agua y su organización general, Los grandes aprovechamientos y el control del agua y los servicios municipales del agua potable y saneamiento.

Tomar como ejemplo de gestión a los controles establecidos en esos países, sería aprender en cabeza ajena. Ahora, el compromiso es adaptar esas normas a nuestras realidades sin la intervención desmedida de los sectores que buscan sacar partido de su posición ventajosa sobre el manejo del tema.

En definitiva, el camino no será fácil para la aprobación de esta necesaria Ley.  Muchos son los obstáculos que desde ya se están presentando, pero debemos avanzar.