Jesús Cuevas, de 32 años, desapareció y dos semanas después fue encontrado descuartizado dentro de recipiente plástico.

La Policía Nacional apresó a Francisco Javier García Quezada, conocido como Anthony, y reveló que este admitió haber dado fin a la vida de Jesús Cuevas.

La razón del asesinato fue tratar de borrar una deuda, de acuerdo con la revelación de un hermano de Jesús.

Las desapariciones de personas podrían tener distintos motivos. Algunos se van de sus hogares por conflictos familiares. Otros pierden contacto con la realidad, y sencillamente se escabullen. Otros son atacados, secuestrados, y como en este caso de Jesús Cuevas, metidos en fundas plásticas y desaparecidos.

El tema es complicado para las autoridades. En todas partes del mundo hay personas que desaparecen.

La práctica de las autoridades es esperar entre 48 y 72 horas antes de disponer de dispositivos de búsquedas. Las primeras horas son fundamentales para dar con el paradero de alguien. Sin embargo, esas horas son un tiempo prudente para que quien “desaparece”, salga del lugar donde se encuentra por propia voluntad.

Algunas desapariciones son más complejas. Como la de Narciso González, profesor universitario e intelectual dominicano, desaparecido al final del siglo pasado, y aún no aparecido.

Son más preocupantes las personas jóvenes desaparecidas. Hay mafias y redes de traficantes de personas, de órganos, que actúan en impunidad y logran atrapar a ciudadanos. Algunos de los desaparecidos podrían ser víctimas de esas redes.

Otros son ciudadanos, como el caso de Jesús Cuevas, víctimas de desconsiderados, deudores, desalmados, que no encuentran otro método más civilizado para resolver sus diferencias que el asesinato.

La justicia no puede tener consideraciones en esos casos, ni circunstancias atenuantes.

En los últimos meses son muchos los nombres que han publicado los medios tradicionales y las redes sociales. Ya sabemos lo ocurrido a Jesús Cuevas, pero habría que saber lo ocurrido a

    • Londi Núñez
    • Adrian Madera
    •  Marino Agramonte
    • Isidro Jiménez
    • Manuel Marte
    • Cruz Snaiderlin
    • Roberto Mentor
    • Juan Lara
    • Fulgencio Blanco
    • Alexander Sang

El Estado dominicano no cuenta con un departamento de atención a víctimas y familiares de desaparecidos. Haría falta que se designe un departamento para la atención y el estudio de estos casos.

La Policía Nacional tiene un área de búsquedas de desaparecidos. Es un área débil, con poco personal, sin especialistas. Hay que dedicar profesionales de la salud mental, de la antropología u otra cualquiera de las ciencias sociales a atender estos casos. Son muy frecuentes, y el número de personas que sigue desaparecida es excesivo. Falta mayor atención, y el Estado puede hacerlo, sin dejarlo únicamente en manos de la Policía Nacional. Podría incluir a Salud Pública, al Ministerio Público y cualquier otro departamento con mayor capacidad de detección y ubicación de personas, del que tenemos en este momento.