La entrada a los medios de comunicación es muy difícil y lograr que la audiencia conecte con el periodista lo es aún más. Hay quienes dicen que el pueblo es quien les otorga el permiso de opinar, porque si no conocen su trayectoria no confían en su trabajo.

Fue el martes 1 de marzo cuando el periodista Huchi Lora anunciaba su salida del matutino El Día, luego de 25 años de afanes y despertares a las 4:00 de la madrugada, para lograr ofrecer un análisis pormenorizado y coherente de noticias a la hora que el país despierta. De aquel anuncio, una fotografía quedó en la memoria. Era la imagen del veterano Lora tomándole la mano a Edith Febles, quien asumiría desde ese momento las riendas del programa.

El semblante de los dos en la foto habla todavía más de ese instante: él, mirándola a los ojos y sujetando con firmeza su mano, y ella, con un gesto inocente miraba más al frente. Es la imagen viva de lo que hace el relevo. Un periodista experimentado, reconocido, con liderazgo, agarra literalmente de la mano a una colega, y la presenta.

Mucho se habla de cambiar la narrativa de los medios, mucho se ha instruido para el correcto uso del lenguaje, en palabras y verbos; o de imágenes, en fotos y videos; y poco se ha hablado de las pocas mujeres que dirigen medios de comunicación en el país. Y se lo merecen. 

No confundamos a la mujer periodista con la mujer como noticia o como audiencia. En el periodismo, como en otras áreas, las féminas han demostrado que igualan la labor que desempeñan los hombres y que son merecedoras de asumir la batuta en los medios nacionales.

El tema de la mujer no debe cobrar importancia sólo a la hora de la elaboración del contenido periodístico, o del uso de los recursos para una cobertura íntegra y ética. Aprovechando el Día del Periodista, también debe ponerse sobre la mesa el tema de la mujer en la gestión y dirección de los medios de comunicación.

Al respecto, es necesario destacar a quienes permiten el relevo generacional, quienes ofrecen a la mujer las mismas oportunidades de desarrollo, e incluso, las motivan para que sean ellas quienes en algún momento lleven las riendas.

A los veteranos periodistas la sociedad respeta y les encomienda ejecutar un trabajo de compromiso social, gracias a un liderazgo ganado a pulso de trabajo. Pero para que ese mandato continúe, es imprescindible que sean ellos mismos los que levanten la mano de los colegas de la nueva era y los muestren. No sólo porque el periodista se abre camino, sino porque el legado se mantiene.

La confianza en el talento joven ya la tienen. Pero es, literalmente, agarrar de la mano a los periodistas de la nueva era, para que todos vean la entrega y calidad de las nuevas caras. Pues, el periodismo es muy del reconocimiento que dan los años: de mucho en mucho trabajo, poco a poco se va caminando.

En ACENTO se apuesta al relevo. Lo propio han hecho otros grandes del periodismo. Se puede citar a Edith Febles y Altagracia Salazar, que han apostado al periodismo joven, convirtiéndose en madrinas de nuevos talentos del periodismo de opinión.

Es el liderazgo sano, ese de entender que mucho más se puede hacer cuando se reconoce el talento de las generaciones que vienen, y se les impulsa a continuar un legado de compromiso y trabajo. 

Dicen que la valentía requiere incertidumbre, riesgo y exposición emocional. Tal vez a los líderes empresarios y propietarios de medios les ha comido la incertidumbre del riesgo que supone el relevo, o incluso el traspaso de género en la cima del ya agotado cuarto poder. Algunos grandes lo han hecho, de esos que no tienen miedo a romper el estereotipo que supone la exposición emocional. Para ser valiente hay que cumplir con esos tres indicadores, y el periodismo es de valientes.

Feliz Día del Periodista