Cadenas de oración y solidaridad han sido las expresiones de apoyo al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo, ya retirado, y quien ha sufrido una segunda caída y rotura de caderas en su lado derecho.
Nos solidarizamos con López Rodríguez y le deseamos una rápida y sostenida recuperación. Los dolores han debido sufrir deben ser muy intensos, porque en su última caída tuvo tres fracturas debido a la debilidad en sus huesos,
El lema que tuvo Monseñor Nicolás López como arzobispo de Santo Domingo fue “fuertes en la fe”, y su carácter impulsivo, combativo, dinámico, en sus actividades cotidianas, lo proyectaron casi siempre como un hombre con una vitalidad de hierro y con unas posturas varoniles, muy alejadas de la tradicional flexibilidad con que se muestran los cristianos adultos.
Deseamos la recuperación física de López Rodríguez, y como sabemos -también lo conoce el país- que el arzobispo en retiro padece de Alzheimer, también deseamos que pueda superar todas esas flaquezas y terminar sus días en la tierra con certeza de la realidad que le rodea y en la que tanto incidió en sus días de mandato de la Iglesia Católica arquidiocesana.
López Rodríguez ha dejado una impronta difícil de superar, y la Iglesia que se siente hoy es más humilde y silenciosa, menos pugilística y ruidosa, pero mucho más cercana a la idea del cristianismo que nos dieron a conocer desde la infancia.
Además de orar por Monseñor Nicolás López Rodríguez, lo hacemos también por los médicos de CEDIMAT que este viernes harán su cirugía, y de paso incluimos al arzobispo metropolitano, Monseñor Francisco Ozoria de la Cruz, para que continúe dirigiendo la Iglesia bajo la orientación del papa Francisco, quien ha tenido tantos aciertos en las disposiciones que se han asumido en esta época de la nueva sinodalidad.
Nos adherimos a las cadenas de oración y solidaridad por la salud de su excelencia reverendísima, Monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, ya en retiro.