El año 2021 fue de grandes problemas y desafíos para la República Dominicana y para todos los países.
La pandemia de la Covid-19, que causó estragos desde finales de 2019 y todo el año 2020, no fue vencida en 2021 como se pudo esperar a principios del año que acaba de terminar.
Por el contrario, el 2021 terminó con una nueva ola de contagios de la Covid-19, con su variante Ómicron, más el incremento de los infectados, hospitalizados y muertos en prácticamente todo el mundo.
Pero no debe albergarse temor ni pesimismo, la humanidad, incluida la República Dominicana, asistió a la reapertura de la economía con notable éxito, y retroceder sería la peor de las apuestas.
Es necesario insistir en la prevención, en la concienciación colectiva y personal, proseguir con la vacunación. Y corresponde a las mujeres y hombres de ciencias continuar investigando para mejorar las vacunas y los medicamentos que reduzcan la expansión y la letalidad de la Covid-19.
Asumamos con optimismo cauteloso este Año Nuevo 2022. Mejoremos lo que hemos hecho bien en nuestro país y en el mundo, corrijamos los errores y debilidades.
Ojalá que las grandes potencias asuman su responsabilidad respecto a la necesaria armonía, al desarme, a los acuerdos serios para mantener el equilibrio y las buenas relaciones, dejando atrás los viejos comportamientos de imposiciones y ambiciones de hegemonía que -para bien de la humanidad-son imposibles en el mundo de hoy.
Y recuerden que existe un país llamado Haití, que requiere que los discursos de solidaridad y ayuda se materialicen en un acompañamiento, siempre respetando la dignidad de ese pueblo y su soberanía.
Adiós 2021. Bienvenido Año Nuevo 2022. Felicidades a todo el pueblo dominicano y a la humanidad.