Camilo Confesor Terreno, conductor de la patana que, en la comunidad Quita Sueño, de Haina, impacto un autobús del transporte interurbano y mató a 13 personas, está cumpliendo ya tres meses de prisión preventiva, y será juzgado y su caso analizado.
El accidente ocurrió el pasado miércoles 29 de noviembre, alrededor de las 7:30 de la mañana. El número de muertos, hasta el momento, es de 13 personas, mientras que los heridos son 17, y las autoridades procedieron a realizar las indagaciones sobre las causas del accidente. Hay videos que muestran cómo ocurrió y claramente queda establecido que la conducción de Confesor Terrero era temeraria y fue responsable del aplastamiento del autobús.
Juan José Castilla es un ingeniero en comunicación vial, español establecido en la República Dominicana, y ha presentado algunas observaciones que resultan válidas sobre este terrible accidente. Nos ha planteado lo siguiente:
¿Cuántas toneladas transportaba la patana? Es importante saber si estaba cargada de acuerdo al peso máximo que permite el fabricante de ese tipo de vehículo.
¿Cumplía con los pesos máximos por eje que permite el Decreto 258-20, en su artículo 21? Este artículo establece lo siguiente: Pesos máximos por eje. El peso bruto vehicular total (peso propio más el peso de la carga) de un vehículo o conjunto de vehículos (tren de carretera) no debe sobrepasar las cuarenta y ocho (48) toneladas, excepto los trenes de carretera de dos (2) colas que pueden circular con una carga total de sesenta (60) toneladas, siempre que cumplan con los pesos brutos por eje que se dan en la Tabla 1 de este artículo.
¿Cuánto tiempo pasó desde que se produjo el accidente hasta que le hicieron la prueba de alcoholemia al conductor de la patana, Camilo Confesor Terrero?
En este caso es bueno recordar que el hígado humano logra metabolizar 0.12 g/l de alcohol en sangre por hora. Esas pruebas deben realizarse lo más rápido posible, para que sean fiables y ayuden en la investigación.
Algo que he observado en los videos del accidente, y que nadie ha puesto en conocimiento de la ciudadanía, es que la cañada (lugar donde terminó cayendo el vehículo de transporte interurbano) debiera estar protegida por barreras de seguridad y no tenía ninguna protección. Cualquier reglamento de seguridad vial lo exige. Ese es un fallo, como otros muchos, que corresponde a las autoridades de Obras Públicas.
Por otra parte, cuando sea necesario, se tienen que poner señales de velocidad máxima más restrictivas, ya que se sabía que esa es una zona peligrosa.
Otra situación anormal es la gran cantidad de postes del tendido eléctrico y otros usos que se observan en diferentes videos de la zona, y que se encuentran dentro de la zona del derecho de vía y están prohibidos, según la ley 684/65, sobre anchura de caminos y carreteras.
Me llama la atención lo poco técnicos que son algunos a los que se les considera especialistas en seguridad vial. Es una pena.
El país está obligado a tomar decisiones y cumplir las leyes para que situaciones como estas no se repitan. Es muy frecuente que accidentes fatales y traumáticos ocurran con estelas de muertes y personas heridas, que bien pudieron ser evitadas.
No es posible que los conductores de vehículos pesados no tengan en cuenta las consecuencias de sus actos, y que sigan ocupando vías y comportándose como mastodontes a los que hay que evitar, porque con su tamaño tienen posibilidad de provocar gran daño, y no hay autoridad que les ponga límites.
También hay que limitar la emisión de licencias de vehículos pesados a personas con escasa formación, conciencia limitada sobre los derechos de los demás, y en particular sobre el manejo defensivo como norma para proteger las vidas de los demás. Las recomendaciones y observaciones de Juan José Castilla resultan ponderables y útiles, y evitar así nuevas tragedias.