Saludamos la decisión del presidente Luis Abinader, de formar un gabinete de acción contra el dengue, y establecer inmediatamente medidas oficiales para salir en auxilio de la población afectada por esta enfermedad endémica, que lleva más de 30 años con presencia en nuestro país.
En nuestra nota editorial de este jueves afirmábamos que se perdió tiempo en prevenir la crisis, y que el ministerio de Salud Pública no escuchó las advertencias y llamados que se hicieron, al momento de comenzar la presión sobre los centros médicos públicos y privados, y la falta de camas para ofrecer cuidado a los infectados por el dengue.
El vocero de la presidente de la República, Homero Figueroa, fue quien hizo el anuncio de medidas urgentes para hacer frente a la epidemia. Eso quiere decir que la iniciativa corresponde a la presidencia de la República y no al ministerio del ramo de la salud, aunque resulte involucrado, necesariamente, como responsable primero de haber actuado, y no lo hizo.
Las medidas anunciadas fueron las siguientes:
1. Se ha establecido un Gabinete de Acción Contra el Dengue, conformado por los ministerios y direcciones convocados hoy, para trabajar junto al Ministerio de Salud en el fortalecimiento de la lucha contra el dengue.
2. Se ampliarán los operativos de fumigación casa a casa, para controlar la proliferación del mosquito transmisor del dengue en áreas de alto riesgo.
3. Se fortalecerá la campaña de limpieza en comunidades y espacios públicos para eliminar criaderos de mosquitos.
4. Se aumentará la capacidad y eficacia del sistema de atención médica de emergencia, para brindar tratamiento oportuno a los pacientes con dengue.
5. Se garantizará que los hospitales cuenten con los recursos necesarios para tratar a los pacientes afectados.
6. Se facilitará el acceso a pruebas de laboratorio para un diagnóstico más preciso y rápido del dengue.
7. Se extenderán y fortalecerán las campañas de sensibilización y educación pública sobre la prevención del dengue.
8. Se mantendrá a la población informada con ruedas de prensa diarias para proporcionar actualizaciones sobre la situación y las medidas implementadas.
9. El general Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), coordinará las acciones de apoyo de todos los operativos ejecutados por el Gabinete de Acción Contra el Dengue.
El pasado lunes, en la rueda de prensa semanal del presidente Luis Abinader fue sorprendido por la pregunta de una joven politólogo que le pidió casarse con la gloria y tomar medidas contra el dengue, porque un vecinito suyo acababa de fallecer y el gobierno hacía poco para enfrentar los casos. La reacción del presidente fue lamentar el deceso y decir que el ministerio de Salud estaba informando diariamente de las cifras de casos de dengue.
Es cierto que en años anteriores el número de casos y el número de muertes por dengue ha sido mayor que los datos que se conocen hasta hoy, y que hasta el vicepresidente de la República en 2008, Rafael Alburquerque tuvo que ser internado por dengue al día siguiente de su juramentación por segunda ocasión.
Las estadísticas hablan por sí solas. Si sabemos que cada año hay muertes que podrían ser evitadas por las epidemias de dengue, se debe actuar preventivamente para salvar vidas. Este es el gobierno del cambio. Algunas cosas son inevitables, es cierto, pero en este año no se sintió el esfuerzo de las autoridades de salud, y ahora quien está actuando, tardíamente, es la presidencia.
A las decisiones de la presidencia de la República, ya citadas, habría que añadir el establecimiento de centros de hidratación de emergencia, en lugares de atención, para evitar las largas horas que esperan niños y adultos para ser atendidos, cuando los hospitales están repletos de personas requiriendo atención. Muchas personas no pueden ser hospitalizadas por falta de camas, pero no pueden irse a sus casas sin atención de un facultativo con orientaciones de cómo proceder para evitar que las plaquetas bajen a niveles de riesgo.
Este miércoles, por ejemplo, en el hospital infantil Robert Reid Cabral había filas de hasta 100 niños acompañados de familiares esperando ser atendidos en las emergencias. Una solución puede buscarse.
Los hospitales y las clínicas privadas no tienen camas disponibles. Los pediatras están enviando a sus pacientes a sus casas o a salir a buscar suerte en alguna emergencia disponible. Esto no puede estar ocurriendo sin que el gobierno adopte medidas.
A las personas no les vale tener seguros médicos, dinero dispuesto para pagar la atención. Porque la cuestión es que no hay espacios ni profesionales. Las clínicas están llenas, los hospitales también. Si hay que abrir carpas que las coloquen en los centros asistenciales, adicionales a las camas ocupadas. Ese es el reclamo de una madre que tenía una hija con dengue y con las plaquetas bajando y no encontraba solución a la atención de su pequeña.