El presidente Luis Abinader otorgó la nacionalidad dominicana privilegiada al escritor Mario Vargas Llosa, premio Nobel de literatura y una autoridad intelectual mundial.

Mario Vargas Llosa visitó y conoció la República Dominicana desde mediados de los años setenta. Ha visitado el país en decenas de ocasiones. Ha vivido en la República Dominicana. Para escribir la novela La fiesta del chivo, sobre la dictadura de Trujillo, se mudó en nuestro país y compartió con historiadores, intelectuales, escritores y contertulios a los que descubrió como una valiosísima fuente para conocer la idiosincrasia de la sociedad dominicana.

Adquirió una vivienda en Juan Dolio, que mantiene, y donde ha venido a pasar largos períodos, incluyendo las navidades.

Mario Vargas Llosa no es solamente el autor de la novela de mayor dimensión, alcance y profundidad sobre la dictadura de Trujillo, además de la más internacional, sino que escribió la novela Tiempos recios basada en una historia que adquirió en la República Dominicana, y que aborda un tema histórico en el que están involucradas Guatemala y nuestro país.

Eso conllevó a que la Feria del Libro de Madrid, en 2019, dedicada a la República Dominicana, tuviera la presencia de Mario Vargas Llosa en un diálogo con la poeta dominicana Soledad Álvarez sobre el Nobel de literatura y su pasión por esta media isla, tierra que ha aprendido a amar y que admira, pese a las debilidades que tiene la sociedad dominicana, como muchas otras sociedades de Centroamérica, América Latina y del mundo.

No hay que extrañar que Mario Vargas Llosa haya sido el ganador del premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, que otorga el Ministerio de Cultura, en 2016, luego de una ponderación bien documentada de los miembros del jurado. Y Vargas Llosa vino al país a recoger el premio y a ofrecer una conferencia sobre Pedro Henríquez Ureña, en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, a partir de un diálogo con el intelectual Néstor E. Rodríguez.

“El jurado del galardón, que seleccionó a Vargas Llosa por unanimidad, estuvo presidido por el ministro de Cultura dominicano, José Antonio Rodríguez; Sonia Henríquez Toledano, presidenta de honor; Luis O. Brea Franco, comisario del premio y asesor general del ministro de Cultura, y los doctores Liliana Weinberg, Néstor E. Rodríguez, Miguel D. Mena y Ramón A. Victoriano Martínez”, decía la declaración que lo escogió.

Mario Vargas Llosa visitó la República Dominicana en 1975, cuando se filmaba la película, basada en una de sus novelas, Pantaleón y las visitadoras. En aquella ocasión se reunió con el presidente Joaquín Balaguer, y ofreció una conferencia en Casa de Teatro.

Joaquín Balaguer y Vargas Llosa en 1975

El presidente Luis Abinader hizo bien en otorgar la nacionalidad dominicana a Mario Vargas Llosa. Se trata de un gran intelectual, con pasión por la República Dominicana, que en sus escritos refleja la preocupación sobre temas fundamentales de nuestro desarrollo, y que opina sobre el devenir de un pueblo al que aprecia.

Además de peruano, por nacimiento, Vargas Llosa adquirió la nacionalidad española donde ha residido en los últimos años. Vivió en Londres, en Francia y el año pasado la prestigiosa Academia Francesa de la Lengua le otorgó la condición de miembro de número, lo que también lo convierte en ciudadano francés.

El último libro publicado de Mario Vargas Llosa, Un bárbaro en París, es una hermosa obra de recopilación de sus textos desde 1969 hasta el 2020, sobre la cultura, la lengua, la literatura y la política en Francia.

Carecen de fundamentos algunas expresiones, por suerte aisladas y sin argumentos, que cuestionan la decisión del presidente Luis Abinader alegando que ese intelectual es el autor de un artículo publicado en el diario español El País, titulado Los parias del Caribe. Mario Vargas Llosa escribió y sustentó su punto de vista, y hay que decir que hizo muy bien en formular las críticas que lanzó sobre la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, que de golpe y porrazo quitó la nacionalidad a más de 200 mil personas de origen haitiano, abarcando de manera retroactiva desde el año 1929. Ese fue uno de los artículos que contribuyó a la preparación de una ley de reparación del daño provocado por la sentencia: La ley 169-14 de regularización de los procesos migratorios y de reparación de los daños provocados por los más enconados enemigos de la convivencia pacífica entre los gobiernos y ciudadanos de los dos países.

La decisión del presidente Luis Abinader fue correcta y redunda en beneficio de la sociedad dominicana. Y qué bueno que contemos con un nuevo ciudadano dominicano de la categoría de Mario Vargas Llosa.