Entre enero y mayo del presente año el gobierno ha tenido que solventar un monto de 18,900 millones de pesos, para evitar que los aumentos en los precios del petróleo se transfieran a la ciudadanía.

La carga es pesada, pero a pesar de ello, el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, acaba de decir que el presidente y su equipo mantendrán esos subsidios para evitar que la inflación afecte a la sociedad dominicana más de lo que ya lo ha hecho.

Poco dado a conceder entrevistas, pese a ser el presidente del Partido Revolucionario Moderno, Paliza habló con propietarios y ejecutivos del diario El Caribe, y allí confesó que la postura del gobierno es insistir en la política de financiamiento a los combustibles, que es la más costosa y la que mayor influencia tiene sobre los productos de la canasta básica.

“El gobierno hará todo lo que esté a su alcance, el gobierno hará todas las posibilidades fiscales para ayudar atenuar el impacto internacional de los precios, es la obligación del gobierno, y la obligación de nosotros, ayudar y colaborar con la suerte de cada familia dominicana, sobre todo para que la comida llegue a sus hogares a los precios más justos y equilibrados posibles”. Estas fueron parte de las palabras del ministro Administrativo de la Presidencia.

Por supuesto, que mantener esta política implicará recorte de gastos en otras áreas, o aumentar los ingresos gubernamentales por vía de alguna reforma que garantice entrada de nuevos ingresos. Difícil que eso se concrete. El gobierno se enfrenta, de mantener los subsidios, a un aumento de déficit fiscal que pudiera sobrepasar la frontera del 4% del Producto Interno Bruto, fijado como frontera por los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional.

Los malabarismos financieros tendrán que hacerlo. Incluso, es probable que se logren si se consiguiera una coherencia y coordinación eficiente entre las instituciones estatales que conforman lo que se denomina Equipo Económico del Gobierno.

Lo dicho por José Ignacio Paliza brinda algunas señales de que el gobierno ha pensado seriamente en las consecuencias de no financiar los aumentos de los combustibles y otras materias primas para productos de la canasta básica alimenticia.

“Es un gran reto pero hay que seguir haciendo sacrificios y esfuerzos fiscales y de incentivos gubernamentales que nos ha permitido, hasta el momento, asumir el costo de los aumentos de los combustibles y de ayudar para que otros insumos también hayan sufrido una suerte similar, pero agotaremos todas las posibilidades para estar a la altura de las circunstancias para ayudar a mitigar las alzas”.

El telón de fondo, además de lo expresado, es el cuadro electoral que se presentará en el 2024 y la presión que hacen los partidos opositores al gobierno, procurando errores estratégicos.

La realidad es compleja. Luego de la pandemia, de la que el gobierno dio muestras de coordinación y efectividad, llegó la invasión rusa en Ucrania, y el despelote de los precios internacionales se ha mantenido y, al parecer, se mantendrá por mucho más tiempo que el estimado. Todos los países barajan opciones para enfrentar la crisis. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, acaba de anunciar que para combatir la inflación pedirá al Congreso que elimine temporalmente los impuestos a los combustibles.

Esto es lo que ha dicho Paliza como corolario en su diálogo:

Nos ha tocado gobernar en momentos muy difíciles, en momentos apremiantes, con un cóctel de ingredientes ajenos a nuestro territorio que han marcado el paso de estos dos últimos años, y en el caso de los combustibles es el más emblemático de todos; cuando llegamos al gobierno el barril de petróleo estaba a unos 40 dólares y hoy anda por los 100, 118 y 120 dólares en algunas oportunidades, entiéndase tres veces más cara que cuando llegamos”.