Un nuevo accidente automovilístico enluta a la región Este y al turismo dominicano.
Es el segundo accidente trágico en menos de un mes en esa región tan importante para el país.
El accidente del 6 de octubre dejó un saldo de cinco muertos, y más de 20 de los 51 turistas que iban el autobús quedó con lesiones considerables y menores. Y fue por una imprudencia del conductor, Franklin Nin Pérez, en la carretera de Bávaro.
En el accidente de la tarde de este miércoles se habla de tres personas gravemente heridas, de las que iban en el vehículo, y que hubo una colisión con otro automóvil en el Boulevard Turístico del Este. También se informó que 15 personas se encuentran internadas en dos centros de salud de la zona de Punta Cana, de las 26 que transitaban en el vehículo. Una gran parte son trabajadores extranjeros que laboran en la construcción de edificaciones hoteleras y de otra índole.
Las autoridades deberán reforzar la vigilancia en las carreteras del Este, más de lo que ya lo hacen, especialmente enfocados en los autos privados que transitan en ambas direcciones por la Autovía del Coral.
Los vehículos con personas hospedadas en los hoteles, y que sirven a grupos significativos, deben ser controlados en su velocidad y en las actuaciones de sus conductores. No es posible que un conductor de un vehículo con turistas esté bajo los efectos de estupefacientes, como ha ocurrido recientemente.
Un informe reciente sobre los países con mayor letalidad en accidentes de tránsito coloca a nuestro país en primer lugar en muertes en carreteras, calculados por cada 100 mil habitantes.
Suiza tiene el número mas bajo de mortalidad en carreteras por cada 100 mil habitantes, con apenas 2.2. Colombia tiene 15.4 muertes por cada 100 mil habitantes, Venezuela 39.2 muertes, mientras que la República Dominicana aparece liderando este grupo con 64.6 muertes en carretera por cada 100 mil habitantes.
La estadística, por mas que se la pueda justificar, es terrible y vergonzosa para un país que ha definido la industria turística como su principal punto de desarrollo. Es decir, nuestras relaciones con el mundo se miden a través del turismo. Tenemos liderazgo en la región, pero debemos bajar la letalidad de los accidentes en nuestras carreteras.
Las autoridades del Ministerio de Salud Pública, con el ministerio de Turismo, con el INTRAT, con la Policía Nacional, con los gobiernos locales están obligadas a un un poco más allá de lo que han planteado hasta el momento. No podemos seguir apareciendo como un país peligroso para los turistas que nos visitan.