Los primeros efectos a nivel internacional del retiro del proyecto de ley de reforma fiscal de la República Dominicana, como era de esperarse, provienen de las agencias calificadoras de riesgo.

Este lunes se informó que Fitch Ratings y Moodys Ratings han recalificado a la República Dominicana tres puntos por debajo del grado de inversión, mientras que S&P Global Ratings coloca al país en un nivel más alto, en BB.

Este mismo día, la publicación especializada en economía Bloomberg resaltó lo que Seaport Global dijo a sus clientes:

"El retiro (del proyecto de reforma fiscal) es un revuelo significativo a su objetivo de asegurar (el presidente Luis Abinader) el estatus de grado de inversión para la República Dominicana durante su mandato", escribió Ricardo Penfold, director gerente de Seaport Global en Nueva York, en una nota a los clientes.

Habrá de esperarse un uso más racional y prudente de los recursos públicos para dar cumplimiento a la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Y lo más inquietante es que la citada empresa considera que "no está claro cómo se logrará la consolidación fiscal".

El presidente Luis Abinader dijo este lunes que su Gobierno no tiene una propuesta de reforma fiscal que reemplace a la que retiró del Congreso, por lo que hará "los ajustes de lugar" para captar los recursos que necesita el Estado, entre ellos mejorar los resultados de la lucha contra la evasión y a favor de un gasto más eficiente en el marco de la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Abinader explicó que los “ajustes de lugar” deben permitir la “reducción” de la dependencia del endeudamiento externo para financiar las necesidades nacionales y "eficientizar el gasto" del Gobierno.

Es innegable, debe mover a preocupación que las agencias calificadoras reduzcan las calificaciones que hasta el momento daban a la República Dominicana como destino confiable para los inversionistas. El presidente Abinader se mostró confiado en que se trata de un efecto del momento, que se diluirá con el paso de los días.

La parte positiva de todo esto es que las autoridades ahora están obligadas a emplearse a fondo para combatir y reducir la evasión del pago de impuestos

También habrá de esperarse un uso más racional y prudente de los recursos públicos para dar cumplimiento a la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Un tercer efecto positivo es que más sectores en la sociedad dominicana se muestran dispuestos a participar de un diálogo abierto para discutir un pacto fiscal del cual surja un nuevo proyecto de reforma.

Como reza el viejo refrán: No hay mal que por bien no venga.