En 2022 el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la República Dominicana fue de un 5.3%, según la última estimación del Banco Mundial. La proyección del organismo monetario para el crecimiento en 2023 es de un 4.8%, y para el 2024, año de elecciones, es de un 5.0%.

Como consecuencia de la pandemia de Covid-19 en el año 2020, que fue de elecciones y paralización de actividades, el crecimiento del país fue de un -6.7%, mientras que el crecimiento en el 2021 resultó de un 12.3%.

De acuerdo con los datos del Banco Mundial la región de América Latina y el Caribe ha crecido un 3.6% en el 2022. República Dominicana se encuentra por encima de la región.

Como los demás países, los efectos de la inflación se han sentido, y hay países que han sido duramente golpeados, pero en el caso nuestro el gobierno ha manejado una política de contención de los efectos perniciosos del fenómeno, a través de programas focalizados de compensación y por la vía de la política monetaria, especialmente con los aumentos de las tasas de interés.

Lo que nos está diciendo ahora el Banco Mundial es que República Dominicana estará en 2023 mucho más por encima del crecimiento que tuvo de toda la región.

Perspectivas: Se espera que el crecimiento de América Latina y el Caribe se desacelere marcadamente hasta el 1,3 % en 2023, para recuperarse un poco, al 2,4 %, en 2024. Esta desaceleración refleja tanto los esfuerzos de las autoridades monetarias por controlar la inflación como los efectos secundarios de un panorama mundial poco auspicioso. Se prevé que con el crecimiento algo lento de Estados Unidos y China se reduzca la demanda de exportaciones, mientras que el aumento de las tasas de interés estadounidenses probablemente implique que las condiciones financieras seguirán siendo restrictivas. Las proyecciones indican que la lentitud del crecimiento mundial incidirá en los precios de los productos básicos, lo que debilitará la relación de intercambio de América del Sur. Según las previsiones, la inversión regional disminuirá este año como consecuencia del aumento de los costos del financiamiento, la escasa confianza empresarial y la fuerte incertidumbre normativa”. 

Esto es lo que dice el Banco Mundial en su último documento dado a conocer esta semana. Al conjunto de países de la región no le irá mejor que a la RD. Brasil, por ejemplo, apenas crecerá un 0.8%, México lo hará un 0.9% y Argentina proyecta un crecimiento de apenas un 2%, debido a que la inflación ha sido muy elevada y obstaculizará la actividad económica. Colombia se quedará con un crecimiento de 1.3%, América Central crecerá un 3.2%, mientras que la región del Caribe crecerá un 5.6%, pero como consecuencia de una recuperación demorada, según el documento del Banco Mundial.

Paraguay crecería más que la República Dominicana en 2023, con un 5.2%. Hay dos fenómenos en el Caribe que crecerán más, y que están rompiendo todos los esquemas, que son Guyana con una previsión de un 25.2%, y en segundo lugar San Vicente y las Granadinas con un previsión de un 6.0%. Después de ellos ningún país supera el crecimiento nuestro.

Hay muchos riesgos en el camino. La inflación sigue siendo un factor de riesgo. La continuidad de la guerra en Ucrania es otro factor, y más si la escalada militar aumenta. El otro factor es la desestabilización política en algunos países. Perú está en seria crisis. Brasil acaba de salir de un intento de golpe de Estado. Haití es una incertidumbre. En medio de estas notas nebulosas, la República Dominicana sigue teniendo un potencial importante, un crecimiento de su institucionalidad, de la inversión extranjera, del turismo, de las remesas, y una posible mejora de sus exportaciones.

Hay que apostar positivamente a ese crecimiento, y uno de los factores que podría empujar la productividad y el crecimiento es que mejoremos la administración de los fondos públicos, que sigamos mejorando la calidad del gasto, y que la confianza siga aumentado en el papel que juegan nuestras autoridades en la administración idónea de nuestro crecimiento.