Por más esfuerzo que se haga para fijar la atención en los asuntos locales, no es posible desatender las consecuencias que sigue teniendo la intervención militar de Rusia en Ucrania, la pasada semana, y el cuadro geopolítico que se ha ido forjando, que poco a poco cambia la visión tradicional sobre los asuntos internacionales.
Es claro que el presidente ruso, Vladimir Putin, hizo cálculos incompletos sobre la característica de la reacción mundial ante la agresión de un pequeño estado fronterizo de Rusia, que estaba deseando ser parte de la Unión Europea y que también necesitaba protegerse siendo miembro de la OTAN.
Aunque Putin firmó acuerdos políticos con la República Popular China, y atendió a sus requerimientos de no intervenir mientras estuvieran abiertos los juegos olímpicos de invierno, Xi Jinping no necesariamente será la salvación para Putin ante una situación imprevista y un fracaso de su intención de anexarse a Ucrania a la Federación Rusa.
Como acaba de escribir R. Evans Ellis, profesor e investigador sobre América Latina en el Instituto de Estudios Estratégicos del U.S. Army War College, la República Popular China es la gran beneficiaria geopolítica de la crisis desatada por Putin con su invasión militar.
China ha jugado a un lenguaje diplomático, sin compromisos firmes, pero mientras tanto está comprando gas y petróleo a bajos precios a Rusia, y podría ser beneficiaria del acorralamiento que occidente (Estados Unidos y Unión Europea) realizan sobre la economía rusa.
“En términos geopolíticos, es probable que la República Popular China (RPC) emerja como el mayor ganador del conflicto”, escribió Evans Ellis. Rusia no podrá evitar recostarse sobre China ante la presión y el cerco mundial a su economía, y al mismo tiempo que se convierta en más débil se hará más dependiente de China, y esto podría ser aprovechado por Xi Jinping, que tiene su propia y particular agenda, y que no improvisa las grandes decisiones.
China tiene el objetivo de anexarse Taiwán antes del 2027. Si Putin logra que el mundo le acepte el control de Ucrania, China haría lo propio con Taiwán. Y en caso de que no lo logre, Rusia se convertiría en más dependiente de los chinos.
Militarmente los chinos no se involucrarán con Rusia para controlar a Ucrania. Putin ha desplegado 190 mil soldados y hasta el momento no han conseguido los objetivos de invadir y aplastar. La resistencia ucraniana ha sido mucho más fuerte y vigorosa de lo que analizó Putin y su ejercito, y occidente ha demostrado más coherencia y más unidad para defender a Ucrania que la sospechada.
Por lo que se ha observado, Europa y Estados Unidos han dejado de lado serias diferencias para actuar de forma más cercana en la defensa de Ucrania. La noche de ese lunes una Asamblea de las Naciones Unidas decidirá una condena contra Rusia, lo que abrirá las puertas a nuevas sanciones y restricciones a la economía rusa. Hasta Suiza, tan lejos de la actividad militar, ha tomado sanciones financieras relevantes de su poderoso sector bancario, para restringir a los bancos y a los depositantes procedentes de Rusia.
Los países de América Latina que han tomado la opción de apoyar a Rusia, como Venezuela, Cuba, Nicaragua, Brasil y Argentina, asumen riesgos mayúsculos. Los precios del petróleo seguirán elevados, unos cuantos países se beneficiarán de estos aumentos, pero podrían caer en una lista internacional de aliados apestosos de Rusia, y les podría afectar en sus relaciones con el mundo, que cada día es más grande en su condena a la intervención militar en Ucrania.
El gobierno dominicano ha hecho bien en ponerse del lado de los agredidos, del pueblo ucraniano, y deberá seguir atento para ofrecer protección a los dominicanos en Ucrania y en Rusia, y de manera solidaria sería recomendable que tome medidas que ayuden y protejan la estancia en el país de los cientos de turistas ucranianos que se encontraban en nuestra tierra al momento de la intervención y del cierre del espacio aéreo.