Celebramos que Haití haya podido dar el paso hacia una transición, luego de la salida del país y como primer ministro del doctor Ariel Henry.

Finalmente el recién designado Consejo Presidencial de Transición, salido de la reunión del Caricom en Jamaica, fue juramentado e instalado la madrugada de este jueves en Puerto Príncipe, en el Palacio Presidencial, donde los siete miembros llegaron escoltados y subrepticiamente, para evitar agresiones contra los señores Smith Agustin; Louis Gérald Gilles; Fritz Alphonse Jean; Edgard Leblanc Fils; Laurent Saint-Cyr; Emmanuel Vertilaire, Leslie Voltaire, Régine Abraham y Frinel Joseph.

Han pasado semanas desde que comenzó a formarse el Consejo Presidencial de Transición. Se propusieron muchos nombres, y hubo entradas y salidas en la lista, hasta que finalmente fue posible que el Consejo de Ministros procediera a su instalación.

Roberto Alvarez, el ministro de Relaciones Exteriores dominicano, dijo que este era un paso muy importante, pero que falta aún la juramentación y toma de posesión, así como la publicación del documento marco que guiará la transición política en Haití.

Ariel Henry finalmente presentó también su renuncia como primer ministro de transición, mientras sigue su exilio en Puerto Rico. Esa renuncia representaba una formalidad, que en los hechos ya había sido efectiva.

Le siguió de inmediato la designación de Michel Patrick Boisvert, como nuevo primer ministro interino de Haití. Boisvert había sido ministro de Economía y Finanzas desde el 5 de marzo de 2020 hasta ahora. El Consejo Presidencial de la Transición, lo designó por consenso y mediante decreto, con lo cual comenzó a ponerse a marcha el plan de pacificación y de retorno a la institucionalidad democrática, pactado en Kingston Jamaica.

República Dominicana tiene presente la necesidad de la normalización de en Haití, y lo acabamos de ver en el debate de los candidatos presidenciales escogidos por ANJE para concluir su ciclo en este proceso. Los tres candidatos de los principales partidos, con pocas sutilezas, coincidieron en su postura de que el país debe continuar con las deportaciones de ciudadanos que entren irregularmente al país y asegurar, tanto como sea posible, la frontera dominicana. 

La comunidad internacional igualmente mantiene su atención en la crisis haitiana, y esta semana el Consejo de Seguridad discutió nuevamente la crisis y la violencia en la media isla.

Las medidas que se han ejecutado en Haití deben comenzar a tener efecto inmediato, y que la población sienta la mejoría en su seguridad y en sus condiciones de vida. El Consejo Presidencial de Transición deberá asegurar un mayor control del territorio, reducir la fuerza de las bandas, y para ello adoptará decisiones que incluyan la reiteración de la solicitud de apoyo internacional para controlar las bandas.

El presidente de Kenia, William Ruto, ha sido coherente y reiterativo en su decisión de apoyar con agentes policiales y militares con experiencia la necesaria seguridad en Haití. Es seguro que con la instalación de un nuevo gobierno, otros países, incluso más cercanos geográficamente, decidan brindar apoyo logístico y con personal para acelerar la seguridad en Haití.

Toda la región de Centroamérica y el Caribe está amenazada por la crisis haitiana, y muy especialmente la República Dominicana, como único país con frontera terrestre de casi 400 kilómetros con Haití. Se trata de un tema de seguridad nacional para los dominicanos, aparte de los elementos perniciosos que tiene una migración masiva sin los procedimientos legales del país, para la entrada a nuestro territorio, como lo tienen todos los países.

El gobierno dominicano, respetando la soberanía de Haití, debe estar atento y poner todo su empeño frente a la comunidad internacional, para que el Consejo Presidencial de Transición tenga éxito en sus decisiones, y para que el nuevo primer ministro pueda realizar una efectiva labor de gobierno, que sea sentido y aprobada por la mayoría del pueblo haitiano.

Ese es el camino que debemos seguir frente a esta larga incertidumbre de la crisis institucional, política y social de Haití.