El gobierno del presidente Luis Abinader decidió emprender un proceso de reformas institucionales que incluyó la fusión del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo con el Ministerio de Hacienda. Se explicó ese proceso y las críticas fueron mínimas, pues hasta el propio ministro Pavel Isa Contreras, estuvo de acuerdo.
En realidad, más que una fusión del MEPYD con Hacienda, luce que el proyecto se convirtió en el camino en una absorción de una entidad vigorosa, dinámica, insertada en la labor social y política, y con una nueva dinámica de planificación en la base, como el MEPYD, hacia una entidad recaudadora y administradora de los dineros estatales, de poca o ninguna penetración en el territorio, como es Hacienda, antigua secretaría de Estado de Finanzas.
La renuncia del ministro Pavel Isa Contreras, y de paso de casi todos los viceministros y técnicos especializados, es una pérdida sensible para el gobierno y para la sociedad dominicana.
La rapidez de la fusión, la muy escasa comunicación sobre los pasos a seguir, y el aislamiento del equipo de Economía y Planificación, dejó un sabor amargo a Isa Contreras y su equipo, que los desmotivó y les hizo desistir de continuar trabajando para el Estado. Eso parece ser la verdadera razón de lo que ha ocurrido con la estampida en el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo, que en lo adelante se convertirá en un viceministerio a cargo del ministerio de Hacienda.
La carta de renuncia de Pavel, efectiva al 25 de enero de 2025, estima concluidos los trabajos de la fusión, y lo que quedaría sería la redacción de la propuesta de ley que se enviaría al Congreso Nacional.
La forma en que este proceso ha sido conducido, que incluye la renuncia de técnicos de gran tradición y experiencia, y calificación en el MEPYD, podría no haber sido la mejor manera de llevar a cabo la denominada fusión.
Es lamentable la salida de Pavel Isa Contreras, porque él tiene una visión integral del desarrollo humano, de la economía solidaria, de la necesidad de articular la sociedad con las instituciones públicas, y le aporta al país una forma de concebir políticas públicas con raíces y empeño en mejorar las condiciones de vida de la gente.