La Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, que acaba de ser inaugurada este viernes, es un acontecimiento que nos convoca a todos los ciudadanos y también a las instituciones públicas y privadas.

Es el mayor acontecimiento cultural del año, y en esta ocasión trae como atractivo que la feria se dedica a la Unión Europea, como conjunto de países que representa un modelo y una voluntad de democracia y desarrollo, sustentada en la cooperación y la integración. Eso trae consigo la presencia de varios intelectuales, autores y autoras, que representan al conjunto de escritores de la Unión Europea, lo que a su vez es una interesante forma de acercarse a nuevas visiones sobre la guerra que hoy afecta al conjunto de países europeos, con la intervención militar de Rusia en Ucrania.

Y los otros dos acontecimientos lo representan la poetisa Carmen Natalia Martínez y el cuentista Pedro Peix, que son los ya desaparecidos escritores dominicanos a los que se desea resaltar, para que su obra sea conocida y valorada, más de lo que ya ha sido posible hacer. Ambos son escritores de generaciones muy cercanas, como en el caso de Carmen Natalia, poetisa más próxima a la generación de 1965, y que pese a su condición de autodidacta fue una voz femenina potente, vital, con voluntad patriótica y heroica en el mejor de los sentidos, cuando se habla de poetas comprometidos.

Pedro Peix es poeta, además de cuentista, ensayista y novelista, y convirtió su propia vida en una novela histriónica, marcada por su presencia en la calle El Conde, su elegancia, su colorido pañuelo en el pecho, además de su largo y sedoso pelo. Todo él envuelto en esa indumentaria que lo caracterizaba, era un intelectual soberbio, creador audaz, trabajador incansable de textos siempre bien trabajados, que sobrepasó a su propia época en los experimentos literarios y en los postulados artísticos que proponía.

Que bueno que la Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2022 reconoce a Unión Europea, a Carmen Natalia Martínez y a Pedro Peix.

Es una ocasión que nos brinda la oportunidad, durante más de una semana, de convivir con los autores, con los libros, con las instituciones culturales y con las propuestas innovadoras de arte, presencia, vocación y concierto de las entidades a las que hay que ubicar cada una en sus espacios, y que ahora se juntan todas para ofrecernos un universo de riqueza y creatividad que no todos los días ni todas las semanas aparecen en un lugar tan especial como el Centro Histórico de Santo Domingo, donde se incluye la Ciudad Colonial.

Celebramos la feria y con el placer que nos ofrece la cultura en todas su variantes, nos disponemos a disfrutar la oferta que nos trae este gran acontecimiento del conocimiento y la creatividad.