La economía dominicana ha tenido un buen desempeño durante el año 2023 que está a punto de concluir. Pese al mantenimiento de los factores internacionales que han desestabilizado la economía global, como la guerra en Ucrania y conflictos geopolíticos entre China, Estados Unidos y Europa, nuestra economía ha sido resiliente y ha seguido creciendo, con inflación controlada, con tasas de interés competitivas y con tasa de cambio igualmente bien administrada.
Todo el mundo sabe la necesidad de una reforma en el ámbito fiscal, con el propósito de subir la presión fiscal, pero aún así el gobierno ha sido prudente con el gasto, ha reducido los factores más enojosos vinculados con el dispendio, y ha continuado las medidas de control con la Dirección General de Compras y Contrataciones, la Contraloría General de la República, la Dirección de Ética e Integridad Gubernamental, y en los casos necesarios, del Ministerio Público, como ya se sabe está ocurriendo con el caso del INTRANT, para citar un ejemplo.
El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo ha dicho en su último informe que terminaremos creciendo un 2.5% en nuestro Producto Interno Bruto, con una mejoría significativa en los últimos tres meses del año, con aumento de la inversión pública, la inversión privada y también del consumo.
El crecimiento del sector turístico es uno de los factores más destacados del 2023, como contribución a la economía en general. Aunque no están al día los datos oficiales, se espera que terminemos superando los 10 millones de visitantes en 2023, lo que igualaría ese número con la cantidad de habitantes del país. Este es un acontecimiento significativo, en nuestras perspectivas del negocio turístico, y representaría un antes y un después en la historia del turismo dominicano.
Los dominicanos en el exterior igualmente siguen siendo un factor de empuje de nuestra economía, con el incremento en las remesas, que igual que el año pasado, estaría colocándose por encima de los 10 mil millones de dólares.
José Lois Malkun, economista y a quien entrevistamos el pasado viernes, tiene una opinión optimista sobre el manejo de nuestra economía y sobre el potencial de crecimiento, y ha dicho que el aumento de la presión fiscal no necesariamente es un factor decisivo, sino que hay que enfocarse en la evasión fiscal que se produce por vía del ITBIS, que representa el grueso de las elusiones en la economía dominicana. Incluso, propone la posibilidad de ITBIS diferenciado por productos y sectores.
Muchos otros factores podrían mencionarse, de preocupación, como el manejo de la deuda externa y lo que representa en nuestra sostenibilidad financiera, o la generación de nuevos empleos, que el gobierno considera positivo, pero que decreció mínimamente en el 2023, en relación con el 2022.
Sin embargo, si miramos el contexto de la región, si vemos la dinámica de la inversión extranjera directa, si descubrimos el significado de la confianza que el país genera ante los inversionistas extranjeros, la conclusión no podría ser otra que el optimismo en un mundo marcado por la incertidumbre, la presión de las posiciones neoconservadoras y ultraderechistas, y el acorralamiento de los postulados democráticos.
República Dominicana va a elecciones presidenciales, municipales y congresuales el próximo año 2024. También van a elecciones presidenciales Estados Unidos, El Salvador, y México. En el mundo unos 75 países tendrán procesos electorales este año, incluyendo Reino Unido, India, Indonesia, Taiwán, y tal vez Ucrania, y las debe haber en Rusia el 24 de marzo de próximo.
Confiamos que nuestro proceso electoral no represente un descarrilamiento del crecimiento económico que registramos, sino una consolidación del proceso de cambios y reformas institucionales, muchas de las cuales fueron prometidas y lanzadas por este gobierno del presidente Luis Abinader, y se quedaron en las mesas de discusión del Consejo Económico y Social (CES), como efecto de la negativa de los partidos opositores a acoger la profundización del debate sobre los temas propuestos.