La denuncia de Amnistía Internacional sobre la filtración de las comunicaciones telefónicas y de correos, a través de Pegasus, a la periodista Nuria Piera no puede quedarse en la constatación de que ese agravio ocurrió y ya no ocurre.

Amnistía Internacional es muy certera en sus investigaciones, y también cuidadosa. Lo primero que hizo fue contactar a Nuria Piera y pedirle que hiciera copia de sus comunicaciones través de su Iphone, con un procedimiento muy bien explicado y libre de cualquier manipulación. Posteriormente que remitiera esas copias a una empresa experta que colabora con ellos, denominada Citizen Lab, y fue esta empresa la que confirmó que en varios momentos las comunicaciones de Nuria Piera fueron espiadas a través de Pegasus.

Con esto la República Dominicana se suma a los países México y El Salvador, donde Amnistía Internacional ha confirmado el uso de Pegasus tanto contra periodistas como contra defensores y defensoras de los derechos humanos.

El tema es grave. La infiltración de las comunicaciones ocurre no solamente para conocer lo que los periodistas investigan, sino para obstaculizar su trabajo, para esconder datos que pudieran ser utilizados en su labor por los periodistas, y también para atemorizar y para dañar la seguridad de los espiados.

Recomendamos que un caso como este no quede en el olvido. La Procuraduría General de la República debe proceder con una investigación que traspase lo que ya ha comprobado Amnistía Internacional. La PGR debe pedir a Citizen Lab y a la organización con sede en Londres, Amnistía Internacional, que compartan la información recibida sobre esta filtración. Y que los investigadores locales soliciten a la empresa propietaria de Pegasus que le informe quienes son los adquirentes del software en la República Dominicana. Es más probable que a la Procuraduría General de la República le sea entregada esa información con más facilidad que a Amnistía Internacional.

Nuria Piera podría colaborar con la investigación, en particular señalando los datos que investigaba en las fechas en que fue infiltrada su comunicación. El comunicado con la denuncia decía lo siguiente:

La investigación de Amnistía Internacional encontró indicios de que el dispositivo de Nuria Piera se había infectado con Pegasus por primera vez sobre el 20 de julio de 2020. También se descubrieron indicios similares en torno al 8 de septiembre de 2021 y el 1 de octubre de 2021. Además, Amnistía Internacional compartió los datos forenses con Citizen Lab para someterlos a una revisión de pares; esta organización confirmó las conclusiones utilizando su metodología independiente”.

Lo que dijo Piera a la organización internacional puede ayudar, pero hay más detalles que ella misma podría ofrecer:

Nuria Piera declaró a Amnistía Internacional que, en las fechas en que su dispositivo fue infectado con Pegasus, trabajaba en investigaciones sensibles y de gran repercusión. Estudiaba informes de corrupción relacionados con altos cargos gubernamentales y familiares del expresidente del país; meses más tarde se incoaron procedimientos judiciales penales contra esas personas por presunto soborno y otros cargos.

Apoyamos una investigación más profunda sobre este asunto, para evitar que vuelva a ocurrir una agresión o un desenlace trágico, como el ocurrido a Enrique Piera, padre de Nuria, y quien fuera asesinado por fuerzas “incontrolables” en los 12 años de Joaquín Balaguer.

La recomendación de Amnistía Internacional es atinente y necesaria: "Amnistía Internacional insta a las autoridades a llevar a cabo sin demora una investigación independiente, imparcial y transparente sobre la vigilancia selectiva ilegítima de periodistas en el país, incluido el ataque selectivo con Pegasus contra Nuria Piera".