Los escritores Gioconda Belli y Sergio Ramírez recibieron este pasado sábado el Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, que otorga el ministerio de Cultura de la República Dominicana.

Belli y Ramírez, laureados escritores, auténticos hijos de Nicaragua, la patria de Rubén Darío y César Augusto Sandino, hoy está impedidos de vivir en su propio país, debido al abuso de poder cometido por los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, que se creen con el derecho a decidir quién es nicaragüense y quién no lo es.

Ambos subrayaron la importancia de seguir creyendo en la utopía, sobre todo en un mundo tan convulso como el actual.

"Como nicaragüense puedo decir que soy sobreviviente de una utopía fallida" porque la Revolución Sandinista de 1979, que derrocó el régimen de Anastasio Somoza, "no era solo derrocar la tiranía si no crear una sociedad feliz, donde cesaran las desigualdades, la explotación del hombre por hombre y proliferara la cultura y la educación, la libertad y el humanismo", dijo Gioconda Belli, en su breve discurso.

Ramírez sostuvo que el dominicano Pedro Henríquez Ureña creía en la utopía "como algo palpable".

Ambos agradecieron a la República Dominicana, tanto por el reconocimiento que honra el legado de Pedro Henríquez Ureña, como por la hospitalidad y la solidaridad que el pueblo dominicano les ha brindado, y a través de ellos a todos los nicaragüenses.

Enhorabuena para estos dos dignos representantes de Nicaragua, que hoy sufre los desmanes de un régimen que se ha robado la libertad y los sueños de un pueblo bueno, merecedor de mejor suerte.