Haití sigue siendo centro de atención de la comunidad internacional, en la medida que se va agravando el conflicto de la renuncia o destitución del primer ministro Ariel Henry y de la designación de un nuevo gobierno.
¿Tendrá Henry que regresar a Haití para presentar su renuncia, como se le ha pedido desde diferentes direcciones?
Es probable que la reunión de este lunes en Kingston, Jamaica, convocada la Comunidad del Caribe (Caricom), ayude en la búsqueda de una salida ante el oscuro panorama político e institucional de Haití. El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness dijo que siete líderes del Caricom han garantizado su presencia en la reunión, que abordará exclusivamente la situación de Haití.
La embajada de los Estados Unidos en Puerto Príncipe procedió con la evacuación de todo el personal que tenía desplegado en Haití, que era apenas el esencial para mantener operaciones.
El gobierno de Canadá adoptó la misma decisión, y decidió evacuar al personal esencial diplomático que mantenía en Puerto Príncipe, además de exhortar a los ciudadanos de su país salir inmediatamente de Haití.
La embajada de Alemania en Haití fue evacuada y su personal trasladado a la República Dominicana en helicóptero. El personal de la Unión Europea también fue evacuado de emergencia, y no ha quedado nadie del cuerpo diplomático, lo que representa, en la práctica, un cierre de la comunidad internacional con el territorio haitiano y ante la realidad de ese país.
El papa Francisco expresó su preocupación este domingo por la grave crisis que sufre Haití y el dolor que padecen los haitianos. Apeló a la reconciliación y a la paz entre los haitianos, para evitar toda forma de violencia en la solución de sus diferencias.
Desde el viernes pasado las fuerzas irregulares de las bandas comenzaron a cercar el Palacio Nacional de Haití. Hubo enfrentamientos con los reductos que quedan leales a lo que se supone es el gobierno de Ariel Henry. La resistencia a las bandas ha sido endeble y no hay posibilidad de que los grupos armados rebeldes sean impedidos de apropiarse de la casa de gobierno. Dos de los ministerios que permanecían leales a Henry fueron atacados militarmente.
Los escenarios son lúgubres para los haitianos. Un triunfo de las pandillas implicará un gobierno apadrinado por los que han asaltado la escasa institucionalidad de Haití. Eso implicaría cero apoyo de las Naciones Unidas y los países del Core Group (Estados Unidos, Canadá, Francia), y la renuencia de la Unión Europea a cualquier colaboración. Sería, además, un régimen favorable al narcotráfico internacional, al contrabando, al abuso de los derechos elementales y donde no habría ninguna seguridad para los ciudadanos.
La otra posibilidad es una guerra civil entre los grupos haitianos que intenten resistir las bandas y que, políticamente, se auxilien del apoyo de la comunidad internacional interesada en el restablecimiento democrático. Muchos haitianos reniegan de la presencia militar internacional, pero reconocen que sin ayuda del exterior no hay condiciones internas para enfrentar a las bandas de Barbecue y Guy Phillippe, que se han unido y formado un bloque. La guerra civil sería desigual y afectaría principalmente a los ciudadanos que desean restablecer la democracia.
El otro escenario posible es que Henry convenza a Caricom y se forme una fuerza militar caribeña para brindar apoyo al restablecimiento democrático, contando con el gobernante interino, quien de nuevo promete elecciones, en esta ocasión para el año 2025.
El principal suplidor de armas y municiones para Haití es Estados Unidos. Hay varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que prohíben la venta de armas a particulares en Haití. Cualquier medida deberá comenzar por hacer cumplir esas resoluciones. Y un segundo paso será identificar a las fuerzas políticas, empresariales, eclesiales y de la sociedad civil con posibilidad de formar un gobierno y organizar elecciones a corto plazo. Eso implicaría asumir un fortalecimiento del registro civil y dotar de documentación legal a los ciudadanos haitianos.
Un escenario ideal es que los haitianos en el exterior, intelectuales, políticos, pastores, empresarios, gente con experiencia administrativa y de gobierno, retorne a su país y emprenda la tarea de apoyar a las fuerzas más decentes para formar un gobierno y sacar ese país de su peor tragedia.