La reforma constitucional será el primer proyecto que lanzará el gobierno del presidente Luis Abinader. Así quedó confirmado en la rueda de prensa del pasado lunes, cuando el presidente explicó que el país está acostumbrado a que sus gobernantes cambien la Constitución para su propio beneficio, y que en este caso lo estará haciendo para quitarle poder al ejecutivo.

Son dos temas los que se cambiarán en la Constitución del 2015: Establecer la independencia del Ministerio Público, de forma real, para que sea un organismo con autonomía del poder político, y no sea utilizado como parte de una agenda para arropar más poder, sino para adecentar la vida institucional frente a los violadores de la ley, así como reafirmar la autoridad de las autoridades responsables de hacer cumplir la ley.

Básicamente se reformaría el artículo 171 de la Constitución, que dice lo siguiente:

Artículo 171.- Designación y requisitos. El Presidente de la República designará al Procurador General de la República y la mitad de sus procuradores adjuntos. Para ser Procurador General de la República o adjunto se requieren los mismos requisitos que para ser juez de la Suprema Corte de Justicia. La ley dispondrá la forma de designación de los demás integrantes del Ministerio Público.

Ya no sería el presidente de la República quien designe al Procurador o Procuradora General, ni la mitad de los procuradores adjuntos. Se establecería un mecanismo para esta designación, que se sustente en los méritos y en la necesidad de la carrera del Ministerio Público para esa designación. Ese organismo podría ser el Consejo Nacional de la Magistratura, pero cambiando la composición de ese consejo, para que sea excluida del mismo la persona que ocupe la Procuraduría General de la República.

Esperamos que el presidente, tan pronto como sea posible, de a conocer su propuesta en este sentido, pues hay teorías, incluso de políticos, que dicen que la Constitución del 2010 estableció esa independencia y fue ratificada en el 2015. Esa idea parte del concepto de que los presidentes tienen, siempre, buenas intenciones, y representan el bienestar público y la institucionalidad.

La otra propuesta del presidente Abinader consiste en poner “un candado” a la posibilidad de cambiar el modelo de elección respecto al presidente de la República, contenido el artículo 124 de la Constitución. Ese artículo dice:

Artículo 124.- Elección presidencial. El Poder Ejecutivo lo ejerce el Presidente o la Presidenta de la República, quien será elegido o elegida cada cuatro años por voto directo. El Presidente o la Presidenta de la República podrá optar por un segundo período constitucional consecutivo y no podrá postularse jamás al mismo cargo ni a la Vicepresidencia de la República.

El presidente Luis Abinader sostiene que ese principio no debe cambiar, que debe quedarse como está y ser reforzado para impedir que se modifique en el futuro por un presidente deseoso de convertirse en un nuevo Trujillo.

El país desconoce la naturaleza del “candado” que el presidente desea colocar. Una posibilidad es establecer que el voto de la Asamblea Nacional para este punto sea con las tres cuartas partes de los miembros de ese organismo, y que posteriormente sea consultado el soberano, mediante un mecanismo que contemple la misma Constitución.

El país debe salir ya de los sobresaltos. Al inicio de este siglo, fue necesario cambiar la Constitución de la República en el 2004, para solucionar una crisis política resultado de un fraude electoral. En 2010 el gobierno del doctor Leonel Fernández auspició una reforma más profunda de la Constitución. Ese mismo presidente quiso cambiar la constitución para poder postularse en el 2012. No fue posible, pero Danilo Medina, siendo presidente modificó la Constitución en el 2015 para poder alcanzar la reelección que obtuvo, y realizó intentos para cambiar la Constitución en el 2018. Ello dio origen a serios conflictos en el Partido de la Liberación Dominicana, y terminó dividiendo esa fuerza política en dos grandes grupos.

La propuesta del presidente es que no haya más modificaciones medalaganarias, y que él quiere establecer una institucionalidad con más fuerza, para entregarla como legado suyo al país. Y es correcto desde ese punto de vista.

Hace falta, sin embargo, que con tiempo suficiente el país pueda conocer las modificaciones, con sus formas, que el presidente sugiere para disponer ese “candado” que la Constitución requiere.