Al finalizar el 2023, un año en que la ultraderecha y el conservadurismo se han impuesto en muchos lugares del mundo, hará falta que se reitere y se reivindique la socialdemocracia como un modelo político, social y económico distante de los extremos, adaptado a los procesos sociales, defensor de derechos, que abraza la ciencia, reconoce el cambio climático, y que aupa políticas de justicia social, compensación y equilibrio, especialmente en beneficio de los más pobres.

En el esquema social y político mundial, los países que más han avanzado, que mayor beneficio entregan a sus ciudadanos, que más libertades colectivas e individuales garantizan, son precisamente los que han profundizado su sistema socialdemócrata.

Contrario a lo que ocurre con los grupos neoconservadores y de derecha, que niegan derechos, asumen decisiones gubernamentales en favor de los ricos, abandonan las políticas de compensación social y reniegan de los resultados de las ciencias con el cambio climático, los temas de salud, y las soluciones que aportan las vacunas, entre muchos otros temas delicados, los socialdemócratas tienen una postura abierta, dialogante y de profundización de la justicia social.

La derecha mantiene posiciones políticas que se afianzan en el rechazo al ser humano diferente, que parten de un concepto de superioridad y de distancia, que no asumen la solidaridad social y política como una responsabilidad, sino como una falta recliminable y ausente de su limitada humanidad.

Estos conceptos la ultraderecha y el conservadurismo los llevan y los implantan en las políticas públicas, y así consolidan los odios y rechazos a los migrantes, desconocen absolutamente todos sus derechos, y ponen sobre los hombros de sus gobernados políticas discriminatorias y abominables, como si fueran nuevos nazis en la modernidad.

Estos grupos neoconservadores se enfocan en negar los derechos de las minorías, y en cercenar cualquier posibilidad que tengan los homosexuales y las lesbianas de reivindicar derechos, pese a que su libre elección no afecta los derechos de los heterosexuales ni pone en riesgo su predominio. La socialdemocracia ha reconocido esos derechos individuales y ha legalizado la unión de personas del mismo sexo, y en eso muchos otros países, que no tienen gobiernos socialdemócratas, también han seguido en la misma dirección.

Debemos reivindicar la socialdemocracia porque igualmente es la que más preocupación ha tenido y la que ha aplicado, desde donde gobierna, políticas de detener los efectos del cambio climático. Es una realidad que todos los días resulta más que evidente. La humanidad ha atentado contra la estabilidad del ecosistema y de su propia convivencia. Ahora hay que restaurar el equilibrio climático, y los gobiernos y las posiciones de derecha rechazan esas políticas.

Personajes de la ultraderecha como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Javier Milei y tantos otros que han ido asumiendo el poder en muchos lugares del mundo, desean seguir desestabilizando el mundo, bajo la consigna de que se falsean los datos y se dramatizan con excesos los males y carencias que hemos impulsado desde políticas energéticas y de industrialización irresponsables.

En la República Dominicana son muchos los asuntos que nos muestran la nueva realidad. En vez de 150 incendios por año, como ocurría en el pasado, en 2023 tuvimos más de 800 incendios forestales. En el mundo grandes bosques ardieron en este año que despedimos. Los volcanes que estaban en silencio hicieron erupción y provocaron pérdidas humanas y materiales incalculables.

Las lluvias intensas, las crecidas de ríos y arroyos provocaron daños horribles en nuestro país, y sobre esos temas hay desafíos grandes que debemos trabajar. Y corresponde a la socialdemocracia corregirlos. Ninguna derecha, ningún régimen diferente podría asumir la responsabilidad de proteger los derechos, las libertades y reparar las desigualdades que por tanto tiempo hemos conservado.

Por ello, al finalizar el 2023 reiteramos nuestro apoyo a las posiciones socialdemócratas y la necesidad de que los dominicanos cercanos a esta corriente, los que la han asumido en el partido de gobierno, la reivindiquen como el camino a seguir, y la defiendan en sus fundamentos, con políticas públicas cónsonas con sus postulados, y evitemos que la derecha abra huecos y encuentre espacio en las mentes y los corazones de los dominicanos y dominicanas.