La Universidad Autónoma de Santo Domingo celebrará su claustro elector de nuevas autoridades este miércoles 15 de junio.
La campaña se ha realizado con mucha intensidad y gran despliegue de parte de los dos principales candidatos a la rectoría y de los candidatos a decanatos y direcciones departamentales.
Al margen de la cuestión electoral, hay que decir que la UASD, como principal universidad pública y como la primada de América, tiene el gran compromiso de acompañar al Estado Dominicano en las políticas de desarrollo que se pongan en marcha a partir de los diferentes gobiernos.
La rectoría de la UASD no debía obedecer a un determinado gobierno, ni tener banderías políticas, sino responder al compromiso de ser la academia más obligada con el Estado en los procesos de alfabetización, educación, formación de profesionales en las diversas áreas definidas como prioritarias del país.
Más que Edutridis Beltrán y Jorge Asjana, los dos principales aspirantes a la rectoría de la UASD, la universidad pública tiene desafíos irrenunciables, a los que debe responder con eficacia e idoneidad. Uno de esos desafíos es la investigación científica. Poner sus resultados al servicio de la sociedad. Ser el ejemplo en calidad y formación de profesionales en la educación superior. Hacer frente a los desafíos de las nuevas tecnologías, desarrollo de software y aplicaciones que permitan al Estado desarrollar la política de gobierno electrónico, con transparencia y eficacia.
Una buena parte de las tareas que realizan los ciudadanos, trasladándose de un lugar a otro, buscando certificados y documentos oficiales, para entregarlos en otras oficinas del Estado, deben resolverse de forma automática, sin que el ciudadano sea puesto a sufrir, perder tiempo y gastar dinero, por la ineficiencia y atraso de la burocracia estatal. La UASD debe ser el puntal de ese desarrollo, y debe llevarlo, tanto como le sea posible, para que el Estado lo asuma y lo ponga al servicio de los ciudadanos.
La UASD es la universidad llamada a acompañar al Estado en estas tareas. El pueblo dominicano lo agradecerá. A la UASD se le entregan más 10 mil millones de pesos cada año. El resultado que seguimos teniendo es la graduación de profesionales de calidad cuestionable, la practica interna del clientelismo político y el favoritismo, o el financiamiento de actividades extra universitarias, que nada tienen que ver con los roles de la UASD.
La UASD debería procurar una calidad superior, que la lleve a los rankings más exigentes de las universidades de América Latina. La UASD debía estar entre las instituciones académicas dominicanas que hayan registrado patentes y que las mismas estén al servicio del país. La UASD debe plantearse detener la formación profesional con folletitos y fotocopias de libros antiguos, desactualizados y de escasa o ninguna calidad. Muchos de los libros que se fotocopian son escritos por los mismos profesores que imparten algunas materias, en áreas vitales, con las ciencias sociales, economía o ciencias jurídicas.
Los rectores pasan sin pena ni gloria. Buscan la rectoría para agregar una función distinguida, pretendidamente académica, al currículo del que gana esa elección. Los rectores de la UASD dejaron de ser intelectuales de prestigio. Resultan profesionales, maestros, académicos, de escaso reconocimiento intelectual, con una hoja de publicaciones científicas cuestionable y limitada, con pocos o ningún libro escrito y publicado y con un precario reconocimiento en la región de Centroamérica y el Caribe.
No se trata de exigir demasiado. Se busca que los rectores puedan articular un discurso coherente, que puedan pensar la academia como un servicio necesario e importante para el país. Que los recursos que se invierten en la más grande universidad estatal estén justificados, porque esa inversión es devuelta a través de los profesionales de calidad graduados y en los diversos servicios, como la extensión, la investigación y la formación de maestros para el sistema educativo inicial e intermedio del país.
Con eso sería suficiente para que el país se sienta satisfecho y bien representado por la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Esta elección de rectoría del miércoles es una oportunidad para replantearse la academia pública al servicio del país.