El turismo es la principal industria de la República Dominicana. El 17 por ciento del PIB proviene de la industria turística. El turismo tiene la virtud de ser una industria inclusiva, que involucra agricultores, artesanos, transportistas, cocineros y un gran etcétera que engrandece o disminuye las cuentas nacionales.

República Dominicana debe dedicar atención al creciente número de turistas rusos que vienen a la República Dominicana. Ya no se trata de los traficantes, rudos y criminales que salieron huyendo y se refugiaron en el Caribe, incluyendo nuestro país. Se trata de turistas, ciudadanos de un gran país, que tienen casi todo el año en trabajos duros y en un frío del demonio, y desean pasar sus vacaciones en tierras caribeñas, en playas hermosas, de sol caliente y arena blanca.

República Dominicana ha conseguido cinco vuelos semanales entre diversas ciudades rusas y varios puntos turísticos, como Samaná, Punta Cana, La Romana y Puerto Plata. El turista ruso no es pasivo, ni se queda en sus habitaciones en los hoteles todo incluido. Es un turista que le gusta explorar, conocer, que consume en los colmados y en las tiendas en las carreteras, y que definitivamente se interesa por conocer los lugares que visita.

Desde agosto de 2021 ha habido un gran cambio en el turismo ruso, que se ha volcado hacia las ofertas dominicanas. Y no sólo llegan desde Rusia, sino que llegan desde Armenia, Bielorusia, Moldavia, Mongolia, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán. Son ciudadanos de un gran país, que ha pasado por procesos políticos y económicos distintos y que han abierto sus fronteras a países que consideran en su ámbito de amistad.

En 2021 los turistas rusos llegaban a cuentagotas a la República Dominicana: 770 en enero, 367 en febrero, 254 en marzo, 322 en abril, 325 en mayo, 195 en junio, 531 en julio. En agosto llegaron 7,027 turistas, y ese mismo mes el gobierno ruso dio apertura total a sus fronteras para la República Dominicana. Hubo contactos, mensajes, comunicación, indicios de que estaba ocurriendo un cambio significativo. En septiembre llegaron 22,494 turistas desde diversas ciudades y zonas de Rusia, en octubre llegaron 59,232 turistas, en noviembre 46,401 turistas y en diciembre rompieron el récord con 51,838 turistas.

Eso ocurre sin que hayamos realizado algún trabajo con touroperadores, sin que tengamos acuerdos con las líneas aéreas rusas, y sin que en los aeropuertos y en los hoteles tengamos personal que hable su propio idioma o les atienda con el esmero que esperan los turistas que les atiendan en sus puntos de destinos. Es un turismo que nos ha ido sumando capacidades y que al mismo tiempo ha ido llevando grandes cantidades de productos dominicanos.

Los rusos llegan al país y cuando se marchan, dos y tres semanas después de haber llegado, se llevan grandes cargas de ron dominicano, de tabaco, de frutas tropicales, porque las aeronaves que los recogen tienen espacio suficiente para transportar grandes volúmenes que los rusos han ido descubriendo. Ahora en las ciudades desde donde vienen los rusos hay puestos de frutos tropicales dominicanas, como el mango, la piña, la lechosa, la guayaba, y hasta ha habido dominicanos que han descubierto oportunidad de negocios y se han comenzado a instalar en Rusia con ofertas de frutas dominicanas.

Entre septiembre y diciembre de 2019, en la per-pandemia, Alemania nos envió 52,067 turistas, Reino Unido 48,973 turistas, España 53,897 turistas, Italia 25,652 turistas y Francia 51,242 turistas. En ese mismo período septiembre-diciembre de 2021 Rusia nos envió 172,262 turistas. Es muy claro que los turistas rusos son una gran ventaja para la diversidad del turismo dominicano. Y es una oportunidad porque nos convoca a ampliar y mejorar nuestra oferta, con calidad de atención, con la dedicación de personas que hablen su propio idioma en los puestos de control migratorio por donde llegan, así como en la atención en los hoteles donde se hospedan. 

El gobierno dominicano debe abrirse en mejorar la calidad del servicio y en promover la oferta turística dominicana en las ciudades rusas. Es probable que dupliquemos o tripliquemos el número de turistas que lleguen desde las diversas ciudades desde donde están comenzando a llegar. Nuestra desafío es mantener en aumento el número de vuelos y el número de turistas que visiten nuestra media isla. Es una propuesta para ganar y ampliar nuestra calidad y diversidad turística. Y que los funcionarios diplomáticos y consulares estén involucrados, porque es un trabajo en conjunto para el país.