Luego de tres años en los tribunales del caso de corrupción Medusa, que involucra como imputado principal al ex procurador general de la República Jean Alain Rodríguez, el magistrado Amauri Martínez, del Tercer Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional, emitió su sentencia enviando a juicio de fondo a los acusados.

Con este falla el juez acogbe en gran parte las peticiones del Ministerio Público, a través de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA) y la Procuraduría de Persecución del Ministerio Público.

El magistrado Martínez juzgó respetando el derecho a la defensa, ofreciendo todas oportunidades de defensa a los imputados, permitiendo al Ministerio Público la concreción de acuerdos de delación premiada con imputados, no obstaculizando la estrategia de dilación del principal encartado en el proceso, Jean Alain Rodríguez, y ha emitido una sentencia que las partes, pese a peticiones diferentes a la decisión final, aceptan y admiten.

Observando el proceso, los detalles a los que se ha llegado, la lectura varias veces del expediente acusatorio completo, que tiene más de 12 mil páginas, y la lectura de la sentencia, de aproximadamente 12 horas, hay que concluir que, en los hechos, el juez Martínez hizo, más que un juicio preliminar, un juicio de fondo del caso Medusa.

Técnicamente los abogados pueden argumentar muchas otras consideraciones. El tercer tribunal del Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional sólo tenía que decidir si el caso iba a juicio de fondo o no, y decidir sobre la pertinencia o no de las pruebas presentadas por las partes, alegando la comisión de delitos y negándolos.

Este proceso preliminar pudo realizarse en un tiempo récord de un mes, escuchando un resumen de las acusaciones, conociendo los argumentos de las partes, y abreviar muchas de las partes protocolares. Sin embargo, la decisión del magistrado Martínez fue dar el tiempo que requirieron las partes, especialmente los abogados litigantes, que pusieron en práctica una estrategia de dilatar la decisión final, que ahora se ha dado a conocer.

¿Cuánto tiempo se llevará el juicio de fondo de este caso conocido como MEDUSA? Si el juicio preliminar ha consumido tres años, habría que concluir que el tribunal ordinario que conozca de este caso podría tardar un tiempo parecido al del tercer tribunal del Juzgado de Instrucción. ¿Qué se hace a partir de ahora con los plazos establecidos para este proceso de persecución de corrupción? ¿Comienza otra vez a correr el plazo para el juicio de fondo?

Satisface las garantías que ha ofrecido el juez Amauri Martínez, pero no era necesario extender tanto un juicio preliminar, las participaciones tanto por la parte acusadora como por los acusados fueron de reiteraciones innecesarias.

Aquellos que han sido liberados del juicio de fondo podrán dedicarse a sus asuntos privados. Y los que van ahora como testigos del Ministerio Público tienen la condición de parte del proceso, como delatores, porque el magistrado registró como válidos los acuerdos del persecutor con ellos.

Hay que recordar que la Procuradora General de República, Miriam Germán Brito, decidió inhibirse en el proceso contra el ex procurador Jean Alain Rodríguez, y el caso penal ha sido llevado de manera independiente por la directora de Persecución, Yeni Berenice Reynoso, y el equipo del PEPCA que encabeza Wilson Camacho.

Tanto la parte acusadora como el conjunto de imputados debían extraer lecciones de este proceso. Un caso complejo, por sus propias características, y con tantas personas y sociedades coaligadas, es en sí mismo un dolor de cabeza para el Poder Judicial.

Podría concluirse que el magistrado Amauri Martínez ha tomado mucho tiempo, demasiado, pero ha organizado el proceso para que la continuidad en el juicio de fondo sea más expedita, y posiblemente más rápida. De entrada, la parte acusada no podrá alegar de nuevo que necesita estudiar el expediente.

Los abogados debían aprender que introducir tantos incidentes y peticiones al proceso dilata la aplicación de justicia para los procesados, y distrae el tribunal de la función principal que le corresponde. Debido a todas estas estrategias para inflar el proceso y alargar su conclusión, el juez ha tenido que escribir una sentencia de cientos de páginas. Poco a poco el Poder Judicial podrá mejorar en estos casos tan complejos.