El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales está realizando una eficiente labor disponiendo acciones de protección y conservación de los ríos, bosques y reservas naturales de la República Dominicana, pero falta mucho.

Especialmente falta educación para potenciar, desde la ciudadanía, el cuidado y el celo de cada dominicano y cada visitante por nuestros hermosos y valiosos recursos naturales.

El turismo, la columna vertebral de nuestra economía, se sustenta en parte en esos recursos y en la belleza de nuestro territorio y su gente. Las playas de arena blanca, los recursos hídricos, los cocotales y el esplendor de nuestro sol y la calidez y armonía de nuestras noches, además del calor humano que transmite cada dominicano, con su cultura y sus costumbres amistosas y fiesteras, forman parte de la médula de esa columna.

El Banco Popular acaba de publicar el libro “Patrimonio Nacional, joyas dominicanas de la cultura y la naturaleza”, una perla bibliográfica que reúne a autores como Manuel García Arévalo, Frank Moya Pons, Pedro Morales, Juan Mabarak Pérez, Maurici Domínguez Rodríguez y Manuel Vargas Payano. Todos ellos ofrecen textos sobre el patrimonio material, la arqueología, el patrimonio cultural subacuático, génesis y transformación de la cultura dominicana, y la defensa y conservación del patrimonio natural dominicano.

Esta obra es una invitación a amar nuestra riqueza natural e histórica, y lo que han producido y creado manos dominicanas, en la parte cultural, que enorgullece a este pueblo y que le invita a su cuidado y protección.

Como bien afirma Christopher Paniagua, presidente ejecutivo del Banco Popular Dominicano, en su presentación del libro, “se ama lo que se conoce y de ahí la necesidad de conservar nuestros patrimonios históricos y naturales, porque vivimos en un paraíso natural con profundas mestizajes históricos que merecen ser protegidos. El patrimonio es nuestra seña de identidad ante el mundo y ante los turistas que nos visitan, que reconocen en la República Dominicana un lugar especial y único”.

El libro cuenta con un prólogo de Anne Lamaistre, directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO, quien sostiene que la República Dominicana, con su patrimonio construido y su patrimonio vivo, declarado y no declarado, “fortalece la creatividad, la solidaridad y la inclusión de la nación. La Unesco se complace en acompañar estos esfuerzos y será siempre un aliado en la salvaguarda de la extraordinaria riqueza cultural dominicana”.

Frank Moya Pons dice a su vez que el patrimonio natural de la República Dominicana, aún cuando muchos de sus componentes han sufrido ataques y los padecen actualmente, “sigue siendo muy valioso y diverso y está en vías de recuperación porque los dominicanos reconocen cada día más sus funciones y su importancia para la conservación de la biodiversidad de la isla”.

Valoramos sinceramente este aporte editorial del Banco Popular Dominicano y reconocemos que, hoy más que nunca, los dominicanos estamos obligados a identificar los efectos del cambio climático que resultan más que elocuentes en los acontecimientos de los últimos tres años, cuando hemos visto y sufrido, sin ninguna duda, que las acciones de cuidado, protección y educación siguen siendo elementos fundamentales de nuestra alianza con la naturaleza y nuestra unión al mundo que defiende el medio ambiente.

Leonardo Boff, teólogo brasileño, en una reciente entrevista ha hablado de la encíclica del papa Francisco Laudato Si y ha expresado lo siguiente sobre el mensaje del pontífice:

Hay dos novedades en la encíclica Laudato Si'. La primera es [que es] un texto dirigido a toda la humanidad y no solo a los cristianos. El papa se ha dado cuenta de la urgencia de la cuestión ecológica, expresada claramente en Fratelli Tutti con esta grave advertencia: "Estamos en el mismo barco; o nos salvamos todos o no se salva nadie". La segunda novedad radica en que ha asumido los resultados más fiables de las ciencias de la vida y de la tierra y los ha convertido en el hilo conductor de todo el discurso, estructurado en torno a una ecología integral y no meramente verde: medioambiental, política, económica, cultural y espiritual. Como han dicho eminentes ecologistas, con este texto el papa se ha situado en la vanguardia del debate ecológico mundial. El papa se ha inspirado en diversas fuentes, posiblemente en un libro mío que inauguró una ecoteología de la liberación allá por los años 80”.

Nos regocijamos con la publicación de este maravilloso libro del Banco Popular Dominicano.