El presidente Luis Abinader anunció en LA Semanal que en los próximos días vendrían cambios en el gobierno. Y esos cambios han comenzado.
Y cuando la sociedad, por las diversas vías por las que se expresa, reclama cambios o percibe que se necesitan cambios, es porque entiende que el gobierno ya luce longevo o porque necesita renovar su composición de gabinete.
Hay algunas reformas en marcha, como las fusiones de los ministerios de Educación y Educación Superior, Ciencia y Tecnología, y la del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo con el Ministerio de Hacienda. El presidente decidió prescindir del ministro de Educación, Angel Hernández, quien había sido designado el 3 de agosto del 2022 como cabeza del sector educativo del país. El ministro de Trabajo, Luis Miguel Decamps, designado en agosto del 2020 pasó ahora a la posición de ministro de Educación. Pavel Isa Contreras renunció como ministro de Economía, ¿Se renovará la posición del ministro de Hacienda?
El designado en la importante cartera de educación es abogado, especialista en fideicomisos, y no se le conoce experiencia o conocimientos en materia de educación, ni se presume que conozca al dedillo las interioridades del sector educativo. Hay quienes sostienen y defienden que el ministro de educación debe ser un gerente, que organice bien un equipo y que ponga a funcionar adecuadamente la estructura burocrática más extendida y numerosa del país, con más de 100 mil empleados docentes y administrativos, y con el mayor presupuesto anual de ministerio alguno, para mejorar la calidad de la educación.
Luis Miguel Decamps es un joven competente, y en el ministerio de Trabajo supo articular buenas negociaciones tripartidas, aprendió a consensuar intereses encontrados entre el sector patronal y laboral, con el gobierno como mediador. Hubo cientos de reuniones de trabajo y hasta ahora no se conoce un escándalo, una queja, una morosidad de su gestión. Eso indica que el presidente pudo haber analizado los éxitos del ministro de Trabajo para llevarlo al más complejo de los ministerios, el de educación. Confiamos en la capacidad gerencial, de diálogo y de articulación que tiene Luis Miguel Decamps para responder, como lo espera la sociedad, con la mejoría del sector educativo, y con la administración sana del mayor presupuesto del país en un ministerio.
Saludamos la designación de Eddy Olivares como ministro de Trabajo. Ha sido un cuadro político del PRM que en los últimos cuatro años no ocupó ninguna función pública, y que mantuvo su responsabilidad como político y abogado en las cuestiones electorales. Eddy, sin embargo, es un hombre de buen trato, que no produce o provoca escándalos, y que tiene una conducta política seria y que ante las más graves y tensas situaciones mantiene la calma y la cordura. Entendemos que su designación es una valoración de su calidad y fidelidad por parte del presidente, en un cuadro importante del partido de gobierno.
Otras designaciones, como la del ministro de Cultura, Roberto Angel Salcedo, no generan expectativas positivas porque los intelectuales, escritores, poetas, teatristas, novelistas, gestores de cultura no lo asimilan como parte de ese mundo ni con el conocimiento ni profundidad de los temas de la cultura, la identidad, y del mismo debate intelectual, salvo su involucramiento como productor cinematográfico y actor. Viene de dirigir el Programa de Proyectos Especiales de la Presidencia de la República, y su relación con el sector más quisquilloso del país no existe. Ojalá esta elección pueda ofrecer una sorpresa positiva, pero habría que esperar resultados, en un ministerio que tenía muchos aspirantes, y que los ha tenido siempre, con cualquier partido que sea el que gobierne.
Eduardo Estrella como ministro de Obras Públicas y Comunicaciones podría dejar algunas dudas, pero es un ingeniero y político serio, que ocupó esa posición con Joaquín Balaguer como presidente. Ha sido candidato presidencial varias veces, y todo el mundo reconoce su calidad, capacidad y seriedad. Para este tiempo una persona con 71 años carece de la capacidad de movimiento y de acción que necesita un incumbente de un ministerio con tantas presiones, proyectos y demandas. Es muy probable que Eduardo Estrella, quien ya fue presidente del Senado en los pasados 4 años, genere la designación de un equipo de profesionales jóvenes, con gran capacidad, que sume a la experiencia del ministro los elementos modernos de la administración, las nuevas tecnologías y la capacidad de supervisión que se hace necesaria en estos tiempos.
Estas designaciones, más las menores en viceministerios y otras posiciones contenidas en el decreto 48-25, son un inicio para la necesaria renovación del gobierno del presidente Luis Abinader.