La decisión del presidente de crear un Fondo Especial para la Mitigación del Cambio Climático, que se nutra de un monto estimado entre un uno y un dos por ciento del PIB, es una medida que podría representar un antes y un después en materia de protección de la ciudadanía y del país ante los desastres naturales a los que estamos expuestos.

El fenómeno de lluvias del fin de semana provocó muertes y daños materiales aún no cuantificados, y muy especialmente la agricultura sufrió embates y destrucción que podría extenderse a lo largo del año y también del próximo 2024.

Lo dijo el presidente a los agricultores que le pedían consideración y condonación de deudas con el Banco Agrícola: Ya no es posible más endeudamiento para los productores agropecuarios, porque su capacidad de endeudarse ha quedado colapsada por el fenómeno de las lluvias.

El Estado dominicano ha sido poco previsor para asumir medidas preventivas o para acumular fondos de compensación cuando una tragedia como la que nos azotó el fin de semana se hace presente.

Y no se trata solo de los agricultores, productores y exportadores. También quedan afectadas las ciudades y municipios, y resultan dañadas las infraestructuras que proporciona el Estado, como carreteras, caminos, puentes, para facilitar el transporte de mercancías y pasajeros.

En todo ello hay que hacer grandes inversiones, además del tiempo, y de la priorización para cada infraestructura.

La decisión del presidente Luis Abinader es correcta, y representará un sacrificio para el presupuesto público, pero el país está expuesto y el cambio climático le está saliendo muy caro a la nación. Todos estamos pagando los efectos de la destrucción del planeta.

De acuerdo con las consideraciones de Luis Abinader, el cambio climático y estos eventos sin precedentes les están saliendo muy caros a la República Dominicana. Recordó que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señaló que nuestros países van a ser impactados con inversiones del 2 % del PIB, para enfrentar esta problemática, que, en el caso de República Dominicana ascendería a unos 124,000 millones de pesos.

No se puede dejar de anota que el presidente Abinader ha sido muy sincero, reconociendo que en tres años su administración no adoptó medidas para reparar los daños y defectos de las obras recibidas en la 27 de Febrero con Máximo Gómez, y otros túneles levantados en administraciones anteriores.

Lo que dijo el presidente es más que elocuente y sincero: “Fueron 23 años en que no se actuó y yo cargo con 3 de esos 23”. Los gobiernos se asumen y se le da continuidad al Estado y a los compromisos contraídos en las campañas electorales, pero sobre las obras levantadas se presume que carecen de vicios o debilidades que pongan en riesgo la vida de las personas.

Para ese problema el presidente decidió crear una comisión especializada en sismología y estructuras arquitectónicas, que evalúe el conjunto de obras estatales y proponga soluciones de seguridad para ser aplicadas tan rápido como sea posible.

Ni el gobierno ni la oposición tienen que poner en marcha planes para denigrar a nadie ni sacar ventajas políticas, en la entrada de un proceso electoral. Lo que corresponde es actuar con madurez y responsabilidad, y ponernos todos en condiciones de aportar seguridad, en las circunstancias en las que estamos.