Monseñor Víctor Masalles Pere, quien ejerciera funciones como obispo de la diócesis de Baní, se encuentra en una especie de período sábatico, escogido por él mismo, luego de varios intentos por insertarse en la arquidiócesis de Barcelona, en la de Madrid, y posteriormente en la de Santo Domingo.

Es un hombre con profunda fe, dogmático, radical en algunas posiciones, muy contrario al aggiornamento que produjo el Concilio Vaticano II, Monseñor Masalles gira cada vez más a la derecha en cuestiones políticas y pastorales, y ahora la emprende contra la ideología de género que asume el papa Francisco con la aceptación de la bendición para las parejas del mismo sexo, sin que ello represente aceptarlas en las mismas condiciones que el matrimonio.

Pareciera una sutileza para cristianos y no creyentes que, aún respetando a la Iglesia, no dan relevancia a la cuestión de quién puede ser bendecido y quien no. Masalles piensa que bendecir una pareja del mismo sexo, que para él están en pecado, es igual a bendecir un prostíbulo o un puesto de ventas de drogas.

Y tilda de mentiroso y manipulador un documento de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, titulado “Confianza suplicante”, en que el Vaticano aprueba que los sacerdotes católicos puedan administrar bendiciones a las parejas del mismo sexo, así como a las parejas en situación “irregular”, siempre y cuando dichas bendiciones no sean parte de un ritual o liturgia de la Iglesia.

La radicalización del obispo Masalles lo lleva por mal camino. El prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, dijo claramente lo siguiente: “No pretendemos legitimar nada sino sólo abrir la vida a Dios, pedir su ayuda para vivir mejor, y también invocar al Espíritu Santo para que se puedan vivir con mayor fidelidad los valores del Evangelio”.

Víctor Masalles reitera su rechazo a la homosexualidad y al lesbianismo. Son decisiones, opciones sexuales, que existen desde los primeros tiempos bíblicos, que en ocasiones se consideraron no recliminables, pero que con los cambios culturales se hicieron reprimibles y que la misma Iglesia, además de adoptar posturas negativas sobre la sexualidad entre sus miembros, incluidos cardenales, obispos, sacerdotes y seminaristas, básicamente por razones económicas, se fueron convirtiendo en dogmas.

La homosexualidad continúa, como el lesbianismo, y muchas otras prácticas en materia de culturas, asociaciones,  opciones en relación de parejas, que no implican la obligatoriedad ni la esclavitud de nadie, ni son actos de violencia o pederastia, como se sabe que practican de forma oculta muchos al interior de las iglesias y de sectas que practican todo tipo de cultos, y que la historia registra de forma traumática.

Víctor Masalles renunció como obispo de Baní el 11 de septiembre de 2023, y de inmediato informó que dejaba su obispado para irse a Barcelona a apoyar la labor que realizaba el arzobispo de allí, Juan José Omella. Su renuncia contó -según su propia declaración- con el visto bueno del papa Francisco.

En diciembre de este año reveló sorpresivamente, que con su renuncia y la acogida en Barcelona, fue engañado y atropellado, y que recibió una traición de parte de personas cercanas a él. Dijo lo siguiente: “Y esa acogida (en Barcelona) me dio a mí como una luz en el túnel, porque allí tengo a mis 27 primos hermanos… Toda la familia está allá, y vi como una oportunidad de recomenzar después de que todo lo que hay en una iglesia que armó chismes, problemas y dificultades… Se está investigando, pero parece que en medio de esto también tiene que ver personas de este país (República Dominicana), cercanos a mí”.

Es decir, que para el obispo Masalles la Iglesia Dominicana tiene personas que arman chismes, lo mismo que la Iglesia de Barcelona. Luego ha dicho que el arzobispo Juan José Omella fue el redactor de su carta de renuncia. Posteriormente anunció que vendría a la República Dominicana a colaborar en la arquidiócesis de Santo Domingo. Eso no es oficial, y nadie ha ofrecido información cierta sobre su estatus como obispo y dentro de la Iglesia, tanto la española como la dominicana.

Reconoce el obispo Masalles que es él quien se ha echado encima la batalla contra las tres causales en la República Dominicana: “Desde 2014 he sido el que ha comandado (la lucha por la vida, contra el aborto y las causales), y las iglesias protestantes como son más pequeñas han hecho sombrilla, y se han unido mucho y ese trabajo fue sangre, sudor y lagrimas, fue muy duro, la entrega que yo hice. Así que para mí esa especie de golpe a retaguardia fue sorpresivo, como que me atropello un automóvil, y el automóvil siguió de largo, que nunca me enteré quién me atropelló ni nada… Pero eso forma parte de la vida, una prueba, confío en el Señor, amo a la Iglesia…”.

En octubre pasado, fracasado en su empeño en quedarse en Barcelona, anunció su discernimiento sobre la conveniencia de comenzar una nueva etapa pastoral fuera de la República Dominicana. Por tanto, decidió volver al país para iniciar un período sabático.

Ahora, cuando habla como obispo, ¿lo hace a nombre de la Iglesia?, cuando ataca al papa Francisco y a la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe ¿lo hace revestido de su equipaje como obispo? ¿Está asociándose a un movimiento sísmico contra el papa Francisco? Puede ser. Él podría dar respuestas a estas preguntas.

Errático el ex obispo de Baní.