Fernando Capellán, presidente de CODEVI, disertó el pasado 22 de febrero en la Cámara Americana de Comercio sobre la realidad de la República Dominicana y sus relaciones con Haití.
Su disertación, titulada “Convirtiendo tendencias mundiales en oportunidades para la RD”, perece colocarse al lado del discurso de rendición de cuentas del presidente de la República, Luis Abinader, pronunciado el pasado 27 de febrero en la Asamblea Nacional reunida para recibir ese informe.
La pieza de Fernando Capellán, quien no es político ni anda tras ninguna aprobación particular, es de una claridad impresionante. La Cámara Americana de Comercio debía promoverlo, proyectarlo, retransmitirlo y divulgarlo por todos los medios posibles para que el país entienda el cuadro en que nos movemos.
Fernando Capellán encabeza una empresa con dos puntos de referencia: CODEVI en Juan Mendez, Haití, con más de 20 mil empleados, y la parte industrial y de diseño en Santiago, con más de 5 mil empleados.
Entre las cosas que nos dijo el empresario se encuentran algunas virtudes de nuestra realidad:
Somos la segunda economía en crecimiento entre 2015 y la actualidad, después de Panamá, con una tasa de crecimiento anual de 4.5% del PIB.
En 2022 fuimos la economía de mayor crecimiento de América Latina, según el FMI, y la que tuvo mejor desempeño de la región.
Las zonas francas y las remesas siguen creciendo, cada vez con más diversificación, aunque las remesas tienen el componente de que afectan la unidad familiar.
Tenemos un acuerdo de Desarrollo en Democracia con Costa Rica, Panamá y Ecuador, bien valorado por los Estados Unidos, y hasta ahora el gobierno dominicano tiene una muy alta credibilidad a nivel internacional.
Las tres causales hay que admitirlas, como eximentes de responsabilidad en la interrupción de embarazos en circunstancias especiales.
Parte de esa credibilidad se puede sustentar en que este año 2023, ahora en marzo, se tendrá en nuestro país la 28 Cumbre de Jefes de Estados Iberoamericanos.
Standard & Poor’s acaba de ofrecer una calificación BBal crédito de la RD, lo cual es un mayor reconocimiento a nuestra credibilidad y crecimiento.
Contamos con un empresariado activo, dinámico, emprendedor, manejando sectores que resultan ejemplos en la región de América Latina y el Caribe.
Nuestra estabilidad política e institucional es ejemplar. Muchos países tienen grandes problemas, pero el nuestro ha superado serias dificultades, al libertad, alternancia en el poder, las instituciones funcionan con independencia.
Los empresarios hemos demostrado que podemos trabajar juntos con el gobierno en situaciones de crisis, como la pandemia de COVID. Hubo coordinación y apoyo mutuo y salimos bien de la crisis.
En Santiago sabemos cómo hacer que las relaciones funcionen bien. Se han formado por lo menos siete entidades estimuladas por el sector empresarial, y todas se han puesto de acuerdo y han escogido trabajar con 14 temas, que son las prioridades, y sobre esos temas se trabaja con el gobierno. Y hay resultados positivos. El gobierno confía en nosotros, y viceversa.
Hay que admitir y poner en marcha la educación sexual, aunque algunos no la quieran. Las escuelas deben impartir la educación sexual para evitar que las niñas y adolescentes sean manipuladas por adultos
Es positivo que estimulemos la reunión de los dominicanos electos en posiciones diversas en Estados Unidos. La diáspora en ese país debe apoyar a esos dominicanos, y desde el territorio debemos empujar en esa dirección.
El turismo es muy importante y no hay que ofrecer muchos detalles de esa relevancia. La minería es muy buena si se hace correctamente. las exportaciones están creciendo. La inversión extranjera también crece, y hay en espera miles de millones de dólares que entrarán en la economía del país como inversiones.
Nuestro sueño es duplicar la economía de aquí al 2030, pero para lograr eso hay que hacer ahora la tarea, debemos prepararnos y aprovechar las oportunidades, que son muy variadas.
Aquí entramos en los desafíos:
Mejorar la competitividad, superar el déficit del sector eléctrico y coordinar mejor al sector público, eliminando algunas de las instituciones que duplican tareas. Hay que reducir la cantidad de personas en el sector público.
Debemos tomar en cuenta las restricciones financieras. Hay problemas que pudieran ser resueltos sin mucho esfuerzo, para no frenar la productividad y estimular la competitividad.
Hay que mejorar la educación. Poner énfasis en la formación técnica. Elevar nuestros resultados en las pruebas PISA, empujar a los jóvenes líderes a estudiar ciencias, matemáticas, tecnología y artes, además de actividades deportivas.
Si se pudiera mejorar la presencia de los innovadores, habría que trabajar especialmente en la lógica, enfatizar la lógica como oficio cotidiano, para que haya eficiencia y productividad. También trabajar las habilidades blandas.
La educación universitaria es fundamental, y hay que comenzar a cambiar algunos esquemas ya desfasados. las academias tienen que cambiar el chip. Hay entidades como EDUCA, los politécnicos Loyola, Ciudad Santa María y otros modelos de enseñanza que han mostrado el camino.
Debemos proteger el medio ambiente y fortalecer la vigilancia para que los depredadores no sigan haciendo daño.
Hay que poner empeño en que los sectores vivos del país participen en el debate, y no sólo los fundamentalistas.
Hay que desmontar la ganadería de montaña y el conuquismo, que han hecho y siguen haciendo mucho daño e impiden que se desarrollen grandes proyectos, generadores de empleos, protectores del medio ambiente.
Hay que defender el agua. Hay que evitar la basura en las carreteras, en los caminos, en las playas. Los plásticos que lanzamos por todos lados hacen mucho daño. Debemos defender las costas, evitar la pesca indiscriminada, prohibir las batidoras y las redes y chinchorros. Debemos ser guardianes de las costas, porque el daño que se sigue provocando es muy grande. Debemos evitar la contaminación sónica. Los ruidos en las noches, cuando las personas descansan producen baja productividad y generan muchos problemas.
Reducir tanto como sea posible la burocracia. El gobierno hace el esfuerzo con Burocracia Cero y con Cero Viajes.
Hay que sacar algunos ministerios de la capital. Descentralizar. El ministerio de Turismo, por ejemplo, pudiera trasladarse a Higuey, el de Agricultura al Cibao y la dirección de Fronteras no debía estar en Gascue.
Contra la corrupción hay mejoras notables en este gobierno. Hay alientos. Pero no podíamos seguir con datos como los que se dieron a conocer en el pasado: 227 denuncias de corrupción, sólo 6 de ellas judicializaras, y una sola condena. Ahí había un problema.
Debemos reducir la competencia desleal, eliminar los oligopolios y la evasión fiscal. Estamos obligados a mejorar el transporte de carga y de pasajeros, que resultan vergonzosos. Los esfuerzos que se hacen aún no son suficientes.
En este punto llegó a lo que definió las medidas sensibles:
Cambiar el código de Trabajo, y como parte de ese cambio tomar en cuenta el freno que representa la cesantía para las empresas y los empleadores en general.
Hacer una reforma fiscal y tomar en cuenta los incentivos. Hay muchas correcciones que pudieran realizarse al actual esquema, y el país saldría ganando.
Hay que admitir y poner en marcha la educación sexual, aunque algunos no la quieran. Las escuelas deben impartir la educación sexual para evitar que las niñas y adolescentes sean manipuladas por adultos en una enseñanza irresponsable e inadecuada de la educación sexual. Bajar así los embarazos en adolescentes. La educación sexual hay que ponerla en práctica.
Las tres causales hay que admitirlas, como eximentes de responsabilidad en la interrupción de embarazos en circunstancias especiales.
Hay que renovar la ley que condena el tráfico de personas, y finalmente, hay que analizar la situación de Haití.
Las bandas que dominan parte del territorio haitiano se encaminan a ser grupos terroristas.
Veamos las fallas geológicos que tiene la isla, que son en dirección este-oeste, y no en dirección norte-sur. Es decir, ningún terremoto va a dividir la isla por la frontera. No hay nada que nos pueda separar.
Haití es el segundo socio comercial del país. A Haití hacemos exportaciones hasta en carretillas. Hay que organizar el trabajo con ese mercado. No solo le podríamos vender huevos. Podríamos venderle energía, combustible.
No podemos hacer caso a una minoría ruidosa, que habla de una supuesta fusión. No es posible que tengamos temor para desarrollar ese mercado, porque esos miembros de la minoría ruidosa ¿cuántos son? Hay mucha doble moral en esto.
Tomemos en cuenta que de aquel lado hay 5 millones de personas pasando hambre. Debemos hacer algo y si no lo hacemos seremos los más perjudicados.
Por cada tres empleos que nosotros creamos en Haití, con una ley que nos permite exportar libre de impuestos a los Estados Unidos, creamos un empleo en la República Dominicana.
Tenemos todas las condiciones para seguir creciendo, seguir adelante. Fernando Capellán ha sido muy claro, y lo que se espera que el sector empresarial que estuvo allí el 22 de febrero, y aplaudió con entusiasmo valiente y honesto discurso, siga brindando apoyo y ponga su flecha en la dirección indicada en esta disertación. Mejor no podía ser. Gracias a Fernando Capellán por tanta claridad, tanta sinceridad y sencillez, y tanta valentía.