Celebramos que los principales candidatos presidenciales de los partidos principales dominicanos, que competirán por la conducción del país en las elecciones de mayo próxima, aceptaron debatir sus propuestas de gobierno.
La convocatoria la hizo la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), entidad que ha sostenido en el tiempo, y con diferentes juntas directivas, que esos debates, más los de cargos menores como senadurías en el Distrito Nacional o alcaldía de la capital, son importantes para que el público se beneficie escuchando y comprendiendo el nivel de formación y de exposición de los políticos que aspiran a dirigir el país.
Ha sido firme la creencia de que un candidato a la reelección no se expone a debatir con los que aspiran a sustituirle en el ejercicio del poder. Balaguer nunca acudió a ningún debate, y fue el político que más se reeligió en la historia de la democracia.
Leonel Fernández ejercicio tres períodos de gobiernos, y nunca aceptó debatir con ningún aspirante a sustituirle. La única vez que quiso acudir a un debate fue en 1996, contra el doctor José Francisco Peña Gómez.
Danilo Medina fue presidente en dos ocasiones y no asistió a ningún debate, aunque estuvo dispuesto a debatir con Hipólito Mejía en las elecciones del 2012, pero finalmente ese debate no fue posible.
Claro, hemos tenido candidatos monotemáticos, también los hemos tenido con escasa posibilidad de conceptualización, como una vez dijo el doctor Fernández, y los hemos tenido muy locuaces y ampliamente dicharacheros, que son encantadores contando anécdotas e historias pueblerinas, y conversaciones políticas con pasados líderes.
ANJE ha dispuesto de unas normas estrictas, tanto de tiempo expositivo como de referencias directas o palabras agresivas, que tendrán que cumplirse.
El debate tiene que enriquecer las elecciones y la dinámica de la campaña electoral.
El primero en aceptar el debate propuesto por ANJE fue el presidente Luis Abinader, quien tiene una amplia ventaja frente a sus contendientes, según las encuestas. Asume un riesgo innecesario, dicen algunos, porque con las redes sociales no hay riesgos pequeños, y Luis no necesitaría el debate para ganar las elecciones. Es una reafirmación de su coherencia, porque él dice que siempre estuvo dispuesto a debatir, y que ahora lo hará defendiendo su obra de gobierno y exponiendo sus propuestas de grandeza de RD para los siguientes años.
Abel Martínez y Leonel Fernández irán al debate a chocar contra el presidente Abinader, a provocar una situación inesperada, a tender telarañas que generen un error grave del presidente, para sumar adhesiones a sus propuestas opositoras.
Nadie debe olvidar que Leonel Fernández y Abel Martínez fueron cercanos y ahora son contendientes, y aunque debatirán juntos, no necesariamente lo harán para protegerse uno a otro. También entre ellos hay una situación seria de distanciamiento y de lucha por el segundo lugar, que en las elecciones municipales quedaron a favor del Partido de la Liberación Dominicana, aunque la percepción que se creó era a favor del doctor Fernández y su partido Fuerza del Pueblo.
Este debate habla bien de la valentía de Luis Abinader, y de su coherencia y vocación democrática, y ayudará a demostrar que estar en una posición ampliamente ventajosa no necesariamente es oponible a estar presente y ser protagonista en un debate político.