Ha llegado el momento del debate electoral presidencial. Será el miércoles 24 de abril, de acuerdo con la planificación de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE).

Es la primera vez que el país podrá ser testigo de un debate entre los principales candidatos presidenciales. Otros debates han sido relevantes y tienen un lugar en la historia política de la República Dominicana. Por el momento dos fueron y siguen siendo de referencia: El del profesor Juan Bosch con Láutico García, sacerdote jesuita en 1962, y el de Hatuey Decamps, dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) con el doctor Marino Vinicio Castillo en 1978. 

Otros debates se han realizado, entre candidatos a alcaldes del Distrito Nacional y candidatos a senadores. Pero ninguno ha sido entre aspirantes a la presidencia de la República por los partidos mayoritarios.

Los temas del debate ya han sido anunciados por ANJE, la actividad económica, en primer lugar, los temas de seguridad ciudadana, infraestructura, migración y Haití, educación, salud, transporte, entre otros.

Los participantes en el debate tendrán 2 minutos de autopresentación, en el inicio del encuentro, que será conducido por los periodistas Roberto Cavada y Katherine Hernández. Para responder las preguntas tendrá, cada uno 2 minutos, y para la réplica serán sólo 45 segundos.

Es una experiencia nueva para la República Dominicana. Ha sido positivo que las decisiones de la entidad empresarial se hayan tomado por consenso entre los representantes de los tres contendientes.

Hay que agradecer a ANJE la organización de este encuentro, y la posibilidad de que cada político que aspira a la presidencia de la República explique su criterio sobre los temas que les sean planteados.

Aquí hay que entender lo dicho por Montesquieu, en el sentido de que “no hay nada tan equivoco como las palabras” y que generalmente las palabras no son delictuosas por sí mismas, ni por lo que las mismas significan, “sino por el tono en que se dicen”.

Todo el país ha sido testigos de muchos discursos de Leonel Fernández, Abel Martínez y Luis Abinader. Esa es su dinámica desde que ingresaron en la política. La cuestión es verlos, analizarlos en sus respuestas, réplicas, y cómo asumen las críticas, las contradicciones y las directas que un debate como este genera, porque los tres van en busca de los votos, de la confianza y de la aprobación de la ciudadanía.

Nunca antes hubo debates presidenciales porque los que han estado en posiciones ventajosas se han negado a debatir. Ir a un debate cuando usted tiene una gran ventaja sobre sus contendientes es un riesgo, porque les brinda la oportunidad de revalidar, y los políticos dominicanos les gusta ir a lo seguro.

Luis Abinader, que lleva gran ventaja sobre los otros dos participantes -según las encuestas de opinión-, decidió ir al debate, para darles la oportunidad y para demostrar que es un político que cumple con su criterio, porque antes de ser presidente fue partidario del debate, y siendo presidente lo sigue siendo, y tiene argumentos para defender su obra de gobierno y plantear nuevas ideas sobre lo que sería una nueva gestión presidencial. Es lo que dijo cuando aceptó ir al debate.

La gran lección de este encuentro es que el país podrá forjarse un criterio más completo sobre las características de los políticos que aspiran a gobernar y su capacidad para responder en breve tiempo cuestiones cruciales, y para mostrar un temperamento tolerante frente a las contradicciones y ataques de los adversarios.

Confiamos que el país será testigo de una forma decente y respetuosa de debatir los temas nacionales.