La izquierda latinoamericana recuperó a un país importante con la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva .

Lula ganó las elecciones de este domingo con un 50,8 % de los votos, frente al 49,1 % que obtuvo el presidente y aspirante a la reelección Jair Bolsonaro, líder de una ultraderecha cuya política exterior relegó a un segundo plano las relaciones con América Latina.

Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Honduras, Nicaragua, Cuba y México constituyen ahora una especie de bloque de gobiernos que se sitúan entre la izquierda tradicional (Cuba, Nicaragua y Venezuela) a los progresistas o centroizquierdistas.

Ya el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, felicitó y reconoció el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva.

"Envío mis felicitaciones a Luis Inácio Lula da Silva en su elección para ser el próximo presidente de Brasil en estas elecciones libres, justas y fiables. Espero que trabajemos juntos para continuar la cooperación de los dos países en los próximos meses y años", dijo Biden en un mensaje difundido por la Casa Blanca.

Ojalá que, cónsono con el reconocimiento dado por su gobernante, EE.UU no solo propicie unas relaciones armoniosas con Brasil, el más grande país latinoamericano y una de las economías emergentes más importantes del mundo, sino que deje en el pasado las políticas de hostigamiento hacia los gobiernos que considera que no están alineados con su visión sobre la democracia y la economía.

Ningún gobierno latinoamericano, ni siquiera los que tienen gobiernos de la izquierda más dura, constituyen amenaza para EE.UU.

Estados Unidos necesita de Latinoamérica, y Latinoamérica también necesita de Estados Unidos. No es necesario enumerar las razones.

Es indispensable que todos los países, sin importar el tipo de gobierno que tengan, mantengan relaciones diplomáticas de cooperación y propicien un intercambio comercial que beneficie a todos.

Es lo más conveniente para las Américas, en momentos en que se necesita auxiliar al más pobre de los países latinoamericanos, que sufre una grave crisis política y económica: Haití.