La situación en Haití sigue empeorando por la falta de gobierno, de autoridad, y de control de las bandas criminales que se han apropiado de ese país y que exponen a su población a la muerte.
Lo último que ha ocurrido es un enfrentamiento entre bandas criminales en Cité Soleil, que lleva por lo menos una semana, y que ha dejado un estela de crímenes de personas civiles que ningún país con algo de civilización pudiera tolerar.
Las bandas enfrentadas se reconocen como G-9 y G-Pep. Los enfrentamientos ocurren con armas largas y pistolas y revólveres. Tanto ha sido el hostigamiento que los civiles decidieron salir de Cité Soleil y dejar la ciudad a los delincuentes.
El reporte del diario Le Nouvelliste es que fueron asesinadas 52 personas, principalmente civiles que huían de los enfrentamientos, y resultaron heridas otras 110 personas.
“Hay muertos, jóvenes que no tenían nada que ver con estos grupos armados. El número de heridos ha aumentado. Hay 110. En su mayoría miembros de la población que huían de los combates”, dijo un oficial de la Policía, que por cierto pareciera que nada puede hacer para darle el frente a los delincuentes.
Brian A. Nichols, asistente del secretario de Estado de los Estados Unidos se ha referido a Haití, y consideró que la situación es muy precaria durante mucho tiempo, pero que no ve que esté empeorando. Cinismo o desconocimiento. Solo hay que ver a miles de personas huyendo de ciudades, y son perseguidas y asesinadas por las bandas criminales, y ¿no está empeorando?
El asistente del secretario de Estado defendió la rápida expulsión de 24 mil migrantes haitianos que entraron a los Estados Unidos por México.
“Es nuestra obligación hacer cumplir la ley de inmigración de Estados Unidos y devolverlos a su país de origen”, mientras asesinatos horrorosos siguen ocurriendo sin que las autoridades de Haití hagan nada, sin que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas haga nada, ni siquiera exprese indignación por estas muertes.
Estados Unidos está muy ocupado en este momento ayudando y disponiendo de miles de millones de dólares para Ucrania, pero en su patio trasero no se ocupa de poner atención a los más necesitados, especialmente aquellos que quieren salvar sus vidas de bandas criminales, bien que pudieran ser enfrentadas por una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU.
Ha llegado el momento de que hagan algo.