El Ministerio Público está investigando al ex ministro de Hacienda, Donald Guerrero, y a varios relacionados por la simulación, desfalco y asociación de malhechores para desfalcar al Estado en la pasada gestión de gobierno, por un monto estimado en seis meses de investigación, de 17 mil millones de pesos.
No es necesario entrar en detalles. Se conocen los datos entregados por el Ministerio Público en febrero de 2022 al juez coordinador de los juzgados de Instrucción del Distrito Nacional, para obtener autorización en las indagatorias de las cuentas bancarias y propiedades de las personas imputadas. En el relato aparece un nombre conocido, bien conocido, y es cuando comienza la trama para desfalcar al Estado a partir de ese momento.
Estamos hablando del ingeniero Bolívar Antonio Ventura Rodríguez, presidente de una empresa de ingeniería conocida como DIPRECAL, y bien relacionada con el caso de corrupción del senador Félix Bautista, que terminó siendo archivado en la pasada administración, con un monto envuelto de aproximadamente 26 mil millones de pesos.
De acuerdo con el relato del Ministerio Público, pudieron corroborar el vínculo directo del ministro de Hacienda, Donald Guerrero con Mimilo Jiménez y compañía, “en el interrogatorio practicado al señor Bolivar Antonio Ventura Rodríguez, donde se confirma que los mismos en asociación servían a los intereses del imputado Donald Guerrero Ortiz para la realización de actos ilícitos tendentes a desfalcar y estafar al Estado Dominicano”.
Bolivar Ventura Rodriguez fue contactado por José Arturo Ureña, Mimilo Jiménez y Fernando Crisostomo y “le hacen la propuesta de que si está dispuesto a entregar seiscientos millones de los mil trescientos que el Estado le adeuda como contratista”.
Luego de su afirmación, Bolivar Antonio Ventura fue llevado al despacho de Donald Guerrero “y este le indicó que para lograr el pago que el Estado le adeudaba que hablara con Mimilo y José Arturo Ureña para el tema del dinero que ellos iban a requerir y que los pagos saldrían del Ministerio de Hacienda. El señor Bolivar Antonio Ventura Rodríguez accedió y entregó a los imputados José Fernando Crisóstomo y Ramón Emilio Jiménez Collie (a) Mimilo la suma de quintetos veintisiete millones seiscientos noventa y cuatro mil ochocientos treinta y ocho pesos dominicanos (527,694,838), entregando dicha cantidad a través de los empleados del señor Bolívar Antonio Ventura Rodríguez, los señores Luis Joaquín Feliz Peña y Jorge Cecilio Mena Jiménez”.
El Ministerio Público comprobó todos los pagos realizados, y tiene copias de los cheques, incluyendo los testimonios de las personas que sirvieron como testaferros. Este fue solo el inicio. Luego sigue la descripción de los pagos realizados durante los seis meses investigados. No aparece en el expediente, pero se ha informado extraoficialmente, que hubo años que en el presupuesto se incluyeron montos sobre los 70 mil millones de pesos para operaciones de saldo de deudas antiguas, de este tipo. Y se utilizaron vehículos oficiales, del Banco de Reservas, para transportar valores multimillonarios de esta mafia, además de que se puso a docenas de empleados públicos al servicio de esta mafia, y se transfirió parte del dinero a dirigentes del partido oficialista.
El presidente de Diprecal no era una persona inocente. Había participado en el caso de Félix Bautista, con miles de millones de pesos.
Bolívar Antonio Ventura Rodriguez es íntimo amigo, fue compañero de estudios, y socio de Félix Bautista, y en el expediente que fue archivado se dice de él que abrió varias cuentas personales en el Banco de Reservas. Según la acusación, hasta el 2005 ninguna de sus cuentas registraba movimientos relevantes. Sin embargo, en los años desde noviembre 2008 a diciembre 2010, en una de sus cuentas movió RD$1,080 millones; y de diciembre 2010 al 2012 el movimiento de fondos ascendió a D$1,901 millones. En una segunda y tercera cuenta del mismo banco, movió fondos por RD$250 millones y RD$217 millones, respectivamente.
Valdría la pena recordar el expediente aquel, archivado, y replantearse las coincidencias y reincidencias en el delito de ciertos personajes.