Ramón Antonio Veras (Negro), prestigioso abogado de Santiago,  presentó una denuncia ante la Procuraduría Fiscal de esa ciudad contra el señor Rafael Ricardo Sánchez Martínez, por proferir en las redes sociales y en mensajes directos amenazas de muerte contra el profesional del derecho y contra su familia.

Una tremenda osadía de ese ciudadano, que parece desconocer los atentados que en el pasado han sufrido la persona y la familia del doctor Negro Veras. No es fácil de olvidar el atentado contra el joven abogado Jordi Veras, hijo de Negro, que incluyó un disparo en la cara y la anulación por completa de la vista en uno de sus ojos. Los responsables de ese hecho criminal fueron identificados y sometidos a la justicia.

El responsable de los insultos contra el doctor Negro Veras fue sometido ante la jueza de la Oficina de Atención Permanente del distrito judicial de Santiago, Yiberty Polanco, quien ponderando un deterioro mental del sometido Ricardo Sánchez Martínez le impuso presentación periódica y una garantía económica de RD$ 500, 000.00. Los familiares del denunciado han informado que padece de trastornos mentales, y que el tribunal fue notificado de esos trastornos desde hace 12 años.

El doctor Veras no ha quedado satisfecho con la decisión. Y tiene razón. Las personas con trastornos mentales pueden cometer homicidio, la historia está plagada de casos parecidos. En este caso no se dispuso de ninguna medida coercitiva contra el acosador del doctor Veras y su familia, ni se ordenó algún tipo de protección para los agraviados.

Estas amenazas contra el doctor Negro Veras y su familia no se pueden tomar como un caso aislado. Existe un trasfondo: El discurso y la campaña de odio que de manera permanente se difunden por diversos medios contra los migrantes haitianos.

El discurso de odio suele encontrar eco en muchas personas, y hay quienes se fanatizan al extremo de querer agredir a los que no están de acuerdo.

Evidentemente que el ciudadano que hoy ha sido denunciado por amenazar de muerte al jurista y a su familia está imbuido ideas extremistas. Ha sido envenenado con un asunto que anda marcado por teorías conspirativas y que supuestamente ponen en riesgo la existencia de la nación, que identifican con la presencia de migrantes haitianos en la República Dominicana. Con esas teorías de conspiración se inyecta un odio irascible a quienes creen en sus historias, se les envenena el alma y comienzan a lanzar amenazas contra todo el que ellos entienden es adversario de sus hipótesis, que dan por ciertas y que les pueden llevar a la violencia bajo el convencimiento de que están salvando la patria.

No son pocos los haitianos que han sido asesinados por situaciones parecidas, o apaleados, por ciudadanos que entienden que de ese modo defienden la soberanía dominicana. Es una injusticia y al mismo tiempo un disparate. Los grupos antihaitianos que operan en el país son promotores del odio y de ese modo realizan una labor asquerosa de daño a la salud mental de ciudadanos que quizás carezcan de una causa que dé aliento a su existencia.

Hay que ver el mensaje que este sujeto, Rafael Ricardo Sánchez Martínez, envió a Negro Veras: “Pro-haitiano asqueroso te vamos a fusilar” y "si no te fusilamos, te degollamos a ti y tu familia por pro-haitianos”. Es exactamente lo mismo que dicen otros sujetos en diferentes lugares del país, que llegan a vías de hecho, cuando se trata de atacar haitianos indefensos, que realizan trabajos agrícolas o que se proteger en territorio dominicano de las barbaridades que hay en su propio país.

El gobierno, las instituciones públicas, como la Dirección Nacional de Migración, el Instituto Nacional de Migración, el Ministerio de Interior y Policía, la Policía Nacional, el Ministerio de Salud Pública, deben tomar medidas preventivas para que esta situación no continúe expandiéndose. Es necesario impedir que se sigan sumando desadaptados sociales a la riada de fanáticos que cree que los haitianos son una amenaza y un riesgo para la existencia de la República Dominicana.

El doctor Negros Veras no quedó satisfecho con la decisión de la magistrada de Atención Permanente de Santiago.  “En buen dominicano, la magistrada decidió que este señor, que me amenazó a mí, tiene problemas mentales, y que yo, lo que tengo que hacer es quedarme en mi casa tranquilo o protegerme por la vía que sea, porque ella lo mandó para su casa”, advirtió el jurista.

¿Qué debía hacer la magistrada en un caso como este? Es nuestro criterio que un miembro de la familia del enfermo debería asumir la responsabilidad de limitar sus actuaciones, porque aunque no ejecute la amenaza, es probable que continúe en una computadora enviando mensajes de odio y creando más incertidumbre en gente de bien, como es el caso del doctor Negro Veras.