El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y su actual presidente, Danilo Medina, han demostrado, en cierto modo, algo parecido a ojeriza contra Miriam Germán Brito.

De no ser así, no se explica la reiterada oposición a una servidora pública que en su dilatada carrera se ha conducido con integridad y apego a la ley. Como si en el litoral peledeísta, ahora reino absoluto de Danilo Medina, se esforzaran en hacer  cuanto sea posible para evitar que ella ejerza funciones de acuerdo con sus valores y principios.

La magistrada Germán Brito ha sido una mujer entregada al proceso democrático, y formó parte de varios movimientos profesionales interesados en mejorar el sistema democrático. En ese momento, con Juan Bosch encabezando el PLD, la relación era diferente.

Miriam Germán inició su carrera profesional como parte del Ministerio Público, en la región del Cibao, y luego pasó a desempeñar funciones de juez de paz, de primera instancia, de Corte de Apelación y finalmente como jueza penal de la Suprema Corte de Justicia. En una de las administraciones del doctor Leonel Fernández ocupó la presidencia de la Cámara Penal de la Suprema Corte de Justicia, de donde fue expulsada por el gobierno de Danilo Medina.

Miriam ejerció sus funciones como magistrada de forma impecable. Una vez Joaquín Balaguer osó cuestionarla por una decisión sobre un tema de narcotráfico y tuvo su respuesta. Miriam Germán jamás se ha quedado callada cuando la han agredido gratuitamente.

Para sacar a Miriam Germán Brito de la presidencia de la Cámara Penal de la SCJ tuvieron que utilizar muchas mentiras, las peores bajezas y siniestros argumentos que luego se revirtieron en contra de quienes los levantaron.

El PLD y Danilo debían de alegrarse de que Miriam GermáBrito sea la Procuradora General de la República

El entonces Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, como miembro del Consejo Nacional de la Magistratura, intentó denigrar a Miriam Germán en el proceso de ratificación. En ese momento el país se indignó al ver a Jean Alain Rodríguez hablar contra Orlando Rodríguez Germán, un joven de condiciones especiales, acusándolo de ser testaferro de su madre. El procurador infame habló de una carta anónima acusando a la entonces jueza de la Suprema Corte de favorecer a narcotraficantes, y en una exposición denigrante y vomitiva se mostró tal cual era en su naturaleza deleznable contra Miriam Germán Brito.

Danilo Medina, entonces presidente de la República, que encabezaba el Consejo Nacional de la Magistratura, no quiso ejercer sus funciones de llamar al orden al Procurador. Un papel más digno jugó Reinaldo Pared Pérez, presidente del Senado (cómo olvidarlo en estas circunstancias) mostró su indignación con tal espectáculo. Josefa Castillo, entonces diputada, y José Ignacio Paliza, entonces senador de Puerto Plata, defendieron el honor de la agredida y mostraron su rechazo al espectáculo que contra Miriam Germán se preparó.

Esa muralla de ética y moral llamada Miriam Germán Brito, concluida aquella encerrona perversa, se fue a su casa cargada de dignidad, tranquila y con una sensación de soporte moral del pueblo dominicano, que la apoyó de una y mil maneras.

Todo el circo sucio que se montó contra Miriam Germán fue por su rechazo al tollo que se presentó a la Suprema Corte de Justicia como caso Odebrecht. Y siempre tuvo la razón. Y el tiempo se la reiteró con la decisión final sobre ese juicio penal de triste recordación, porque lo que mal empieza, mal acaba.

Ni el PLD ni Danilo Medina quisieron saber nada de Miriam Germán. Ella como Procuradora General de la República, cargada de dignidad y sin interés en revancha, se inhibió para conocer el proceso por corrupción en la Procuraduría General, cuyo principal imputado es su antecesor. El caso Medusa. Sigue inhibida, y su inhibición es real, no una mentira.

Miriam en su gestión ha protegido los derechos de todos los imputados y ha defendido el debido proceso. Sigue demostrando que es una procuradora garantista, aunque su rol ahora es de acusadora y persecutora.

Nadie puede alegar que Miriam manipula ni odia, ni se le puede acusar de rendirse a intereses políticos o partidarios. Y en este punto hay que reconocer la rectitud del presidente Luis Abinader de no involucrarse en los asuntos del Ministerio Público.

En un esfuerzo fallido por querer desviar la atención de la ciudadanía del caso de  corrupción Calamar, el PLD insiste contra Miriam. La acusan de estar al servicio de la reelección de Abinader. Incierto. Le endilgan la intención de querer destruir el PLD. Nada más alejado de la verdad. Dicen con cara muy dura que Miriam se ha reunido con el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo para tramar acciones. Sin aportar una sola prueba.

La mayor garantía que tiene el PLD y Danilo Medina en los procesos con el Ministerio Público es Miriam Germán Brito. Por su rectitud, por su templanza, por su honestidad, por sus principios, por sus valores.

Quienes conocen a Miriam saben que ella jamás abusaría del poder que le concede la posición de Procuradora General de la República. Ella reconoce que ese cargo es temporal, y ha expresado que no tiene aspiraciones políticas ni desea otra cosa que no sea cumplir con su deber de acuerdo con los valores que siempre ha sostenido.

Por eso, y porque en Miriam Germán no hay odios ni deseos de venganza, es que el PLD y Danilo en vez de comenzar a tirar piedras, acusar sin fundamentos, y despotricar contra la Procuradora General de la República, debían alegrarse de que sea ella que encabece ese departamento y no un cuadro del Partido Revolucionario Moderno o cualquier otro partido.