Luis Henry Molina, presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) acaba de exhortar a los miembros del poder judicial, en especial a los que desempeñan funciones de jueces, a no ceder bajo ninguna circunstancia a ninguna presión ni chantaje y a tomar decisiones en procura de la justicia.

Las palabras del presidente de la SCJ son muy claras. Aspira a que los jueces ejerzan sus funciones revisando bien las pruebas y evaluando de forma justa los hechos presentados por las partes.

Sinceramente es una gran aspiración. Es lo que la mayoría de la sociedad dominicana ha aspirado durante tanto tiempo. Ya vivimos la experiencia de 30 años de una justicia manipulada por la dictadura trujillista, y vivimos con vergüenza la forma en que durante los diversos gobiernos de Balaguer la justicia era un sello gomígrafo de las pretensiones del Palacio Nacional.

En los últimos años se ha vivido con una especie de “crespón negro”, como bien dijo en una ocasión Jorge Subero Isa, en relación con casos emblemáticos de corrupción que se vivieron y sufrieron sin que fuera posible aplicar la justicia, pese a las pruebas, a los que incumplieron la ley y robaron parte del patrimonio público, pero se escudaron en banderas políticas, en impunidad garantizada desde el Palacio Nacional, porque la justicia siempre sufrió de torticolis por sólo mirar las señas que se enviaban desde el Poder Ejecutivo.

Creemos en las palabras y en los énfasis de Luis Henry Molina. Lo hemos dicho desde que fue designado presidente de la SCJ, por su procedencia, por su juventud, por su formación, y por el historial de éxitos que aún no concluye, el presidente de la SCJ es una persona recta y dispuesta a cumplir su palabra.

¿Que fue militante del Partido de la Liberación Dominicana? ¿Que fue propuesto en el Consejo de la Magistratura y electo por iniciativa del expresidente Danilo Medina? Si, son argumentos poderosos para pensar que pudiera ofrecer tranquilidad en ciertas áreas del pasado gobierno. Sin embargo, no es así. Funcionarios importantes de la pasada administración están siendo procesados, familiares y cercanos de Danilo Medina guardan prisión, y hasta ahora nadie ha dicho que Luis Henry Molina está actuando o buscando favorecer a ninguno de sus antiguos compañeros.

Creemos en las palabras de Luis Henry Molina, cuando afirma que los jueces tienen que ser independientes en sus decisiones, en las ponderaciones de las pruebas, en la aplicación de las leyes. Y para que no haya dudas ha dicho a grupo significativo de jueces ascendidos lo siguiente:

“Nuestro llamado es ser árbitros independientes e imparciales, realmente imparciales, efectivamente imparciales, profundamente imparciales”. Es bueno escuchar esas palabras, porque ya hubo decisiones cuestionables con los casos Odebrecht, Tucano, Operación 13, Los Tres Brazos, y otros casos en los que -se enciende- la justicia no ha actuado con imparcialidad.